El presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmará mañana los tratados para la anexión de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. “La ceremonia de la firma de los acuerdos para el ingreso de los nuevos territorios en Rusia tendrá lugar mañana”, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov. Agregó que el acto tendrá lugar en la sala de San Jorge del Gran Palacio del Kremlin a las 3:00 p. m. (hora local) e incluirá un discurso de Putin.

El anuncio se conoce luego de un referéndum de integración con Rusia que se llevó a cabo del 23 al 27 de septiembre en esas regiones de Ucrania. Según los resultados difundidos hoy por las autoridades prorrusas, entre el 87 y el 99 % de los votantes en los territorios controlados parcialmente por las fuerzas rusas apoyaron la anexión. Vladimir Putin ya reconoció la independencia de las regiones de Donetsk y Lugansk, poco antes de lanzar su ofensiva en Ucrania. Sin embargo, una integración con Rusia podría suponer una escalada en la guerra.

La votación, que culminó este martes, fue criticada por líderes mundiales, como el presidente de EE. UU., Joe Biden; el secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente francés, Emmanuel Macron. El rechazo internacional es evidente, así como ocurrió en 2014, cuando Moscú anexó la península de Crimea después de un referendo que también se llevó a cabo bajo ocupación militar, sin ninguna represalia en respuesta.

¿Qué seguiría tras la anexión?

En términos prácticos, se van a incluir estos territorios dentro de las estructuras administrativas rusas y se empezará a aplicar la legislación de ese país en la región, dejando a la población civil en una situación muy compleja, más aún en medio de la guerra. El área total que se convertirá de facto en parte de Rusia asciende a aproximadamente el 15 % de Ucrania e incluye a 4 millones de personas.

“La anexión del territorio ucraniano a Rusia implicaría que si Ucrania continúa luchando para recuperar su territorio, el Kremlin consideraría la acción militar como un ataque a la soberanía de Rusia, la nación con el arsenal nuclear más grande del mundo”, escribió Andrew E. Kramer, del Times.

Otros comentan que estos falsos referendos se ven como una herramienta política para lograr el objetivo militar de asegurar la posición de Moscú. “La idea es crear el pretexto del apoyo popular para justificar una mayor acción militar”, le comentó Natalia Savelyeva, miembro del Centro de Análisis de Políticas Europeas, al Washington Post.

El Senado ruso planea debatir ese asunto el próximo 4 de octubre. Antes, la incorporación tiene que recibir el visto bueno de la Duma o Cámara Baja rusa, que se reúne para una sesión extraordinaria un día antes.

Con información de EFE y AFP*