Saeb Erakat, fallecido este martes a los 65 años por coronavirus, fue desde hace años el principal negociador palestino en todas las conversaciones de paz con Israel, un hombre que creyó en el diálogo para defender tenazmente la causa palestina y uno de los principales interlocutores de dirigentes, diplomáticos y periodistas.

Secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) desde 2015, este politólogo y exprofesor universitario, que se expresaba en un inglés perfecto, salpicado de ironía y de declaraciones contundentes, tenía un agudo sentido táctico y estuvo presente en todos los equipos de negociadores con Israel, exceptuando el de los acuerdos de Oslo en 1993.

“Es una inmensa pérdida para Palestina y para los palestinos”, dijo el presidente Mahmud Abas, este martes.

“Estaba convencido de que Israel y Palestina podían vivir en paz y jamás abandonó las negociaciones”, dijo el emisario de la ONU para Oriente Medio, Nickolay Mladenov.

Desde hace años, Erakat asistía impotente a la fragmentación del sueño de un Estado palestino independiente en medio del avance de las colonias, la violencia o la falta de voluntad internacional.

“Condeno a los que destruyen la esperanza, a los que eligen las colonias en lugar de la paz y las negociaciones”, dijo Erakat en 2015 a la AFP, refiriéndose a las políticas del gobierno israelí del primer ministro Benjamin Netanyahu.

“Soy un hombre de paz, quiero paz y reconozco el derecho de Israel a existir”, agregó.

Cercano a Abas

En 2003 Erakat fue nombrado jefe del equipo de negociaciones de la OLP, un cargo del que dimitió brevemente en 2011 tras la divulgación de archivos sobre las conversaciones mantenidas con Israel entre 1999 y 2010, conocidos como los Palestine Papers.

Estos documentos, difundidos por la televisión catarí Al Jazeera, mostraban como Erakat se había mostrado favorable a concesiones palestinas importantes sin contrapartida aparente por parte de Israel sobre temas cruciales como el estatus de Jerusalén o los refugiados palestinos.

Erakat se vio fragilizado, pero logró retomar su lugar al cabo del tiempo y estuvo al frente de la última ronda de conversaciones de paz, auspiciada por el expresidente estadounidense Barack Obama, que fracasó estrepitosamente en 2014.

En los últimos tiempos, este hombre se opuso con rotundidad a los proyectos de anexión de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, y a la normalización entre Israel y varios Estados árabes, por considerar que cualquier establecimiento de relaciones debe ser posterior a una paz entre palestinos e israelíes.

Nacido en Jerusalén en 1955, siete años después de la creación del Estado de Israel, Erakat fue un cercano colaborador del fallecido líder Yaser Arafat, aunque no le acompañó en sus exilios.

Después, fue uno de los grandes apoyos de Abas, que sucedió a Arafat, y se le mencionó a menudo como un potencial sucesor.

Siempre en traje y corbata y sin abandonar sus clásicas gafas rectangulares, Erakat se reunía con numerosos emisarios extranjeros y era muy activo en las redes sociales.

Criticó con virulencia por ejemplo la política israelí de no devolver los cuerpos de los palestinos que mata el ejército. Su sobrino fue abatido por soldados en junio en un punto de control militar en Cisjordania y sus restos mortales aún no han sido devueltos a la familia por las autoridades israelíes.

Transplante de pulmón

Erakat sufría fibrosis pulmonar y se sometió a un trasplante de pulmón en 2017 en Estados Unidos. El 9 de octubre, la OLP anunció que tenía coronavirus y el 18 fue trasladado urgentemente al hospital israelí Hadassah, de Jerusalén.

Estaba casado, tenía cuatro hijos y vivía en Jericó, una ciudad de Cisjordania situada a las puertas del mar Muerto.

Fue periodista del diario Al Qods de Jerusalén-Este y era doctor en Polemología, las relaciones internacionales que hacen hincapié en la guerra y sus formas, por la universidad británica de Bradford. También fue profesor de la universidad An-Najah de Naplusa, al norte de Cisjordania, de 1979 a 1991.

Escribió una decena de libros sobre la diplomacia y la resolución de conflictos y también participó este año en una obra sobre los efectos de la pandemia en la sociedad palestina.