La cantante Selena Gomez volvió por todo lo alto a la esfera pública tras pasar varios meses alejada del mundo al tiempo que recibía tratamiento para lidiar mejor con las secuelas emocionales y psicológicas derivadas de sus recientes ingresos hospitalarios, asociados estos a la enfermedad de Lupus, contra la que lleva batallando algo más de dos años.

Y fiel a la transparencia con la que ha venido expresándose sobre los contratiempos vividos y, especialmente, sobre los brotes de ansiedad y depresión que ha venido arrastrando desde entonces, la artista aprovechó una sincera charla con la revista Elle para contribuir a la erradicación de los estigmas ligados a las enfermedades mentales, animando a todos aquellos que atraviesen situaciones parecidas a aceptarse tal como son y a rodearse de personas que les apoyen y reconforten ante las adversidades.

«Al margen de todo esto siempre he tenido momentos de inseguridad, muchos altibajos anímicos. Por eso, me gustaría decirle a la gente que lo más importante es ‘vestirte’ con aquello que te haga sentir más cómoda, con lo que puedas sentirte tú misma», aseguró la joven artista a la edición online de la publicación para, a continuación, comprometerse a utilizar su influencia y su trabajo artístico para apuntalar tan importante mensaje y, de paso, sacar una sonrisa a sus millones de seguidores.

«También quiero animar a la gente, sobre todo a las mujeres, a que se sientan orgullosas de sí mismas. Me gustaría emplear esta plataforma que tengo para hacer el bien, y también para que todos nos divirtamos con la música y el cine. Lo cierto es que no sería capaz de hacer nada de lo que hago sin el respaldo de todas esas personas que me acompañan a diario. Puede sonar a cliché, pero esa es la verdad», dijo.

La antigua estrella Disney dejó clara su intención de lograr que su proyección pública trascienda el plano de lo puramente profesional para acabar convirtiéndose en un referente para las nuevas generaciones, uno que se destaque tanto por el sentido de la responsabilidad como por la naturalidad con la que ha de asumir sus imperfecciones.
«En mi caso personal, siempre he querido ser un buen ejemplo para los demás, pero no porque quiera evitar cometer errores a toda costa. Me equivoco y me confundo constantemente. Me refiero a que quiero ser honesta con mis seguidores y poder decir: ‘Lo hago lo mejor que puedo y sé que vosotros también podéis hacerlo, aunque sea duro’. Creo que es esencial que las chicas sepan que hay fuerza en ellas, en su alma y en su identidad», reflexionó sobre la necesidad de aprender, además, a gestionar con sensatez la presión.