Estados Unidos y la Unión Europea pidieron el miércoles a Kosovo y a Serbia una desescalada “inmediata” de las tensiones en su región fronteriza.

“Hacemos un llamado a todos para que ejerzan la máxima moderación, tomen medidas inmediatas para reducir incondicionalmente la situación”, dijeron en un comunicado conjunto, luego de que Kosovo cerrara su mayor cruce fronterizo con su vecino del norte.

También instaron a ambas partes a “abstenerse de cualquier provocación, amenaza o intimidación”.

“Estamos trabajando con el presidente (serbio Aleksandar) Vucic y el primer ministro (kosovar Albin) Kurti para encontrar una solución política para aliviar las tensiones y lograr un avance en aras de la estabilidad, la seguridad y el bienestar de todas las poblaciones locales”, precisaron.

¿Qué pasa en Kosovo?

El norte de Kosovo ha estado en vilo desde noviembre, cuando cientos de trabajadores de etnia serbia de la policía kosovar, así como jueces y fiscales, abandonaron sus puestos en protesta por una controvertida decisión de prohibir a los serbios que viven en Kosovo usar placas de matrícula de vehículos emitidas por Belgrado, una política que finalmente Pristina descartó.

El 10 de diciembre, los trabajadores de etnia serbia que protestaban erigieron barricadas que bloquearon el tráfico en dos cruces fronterizos.

Posteriormente, la policía de Kosovo y las fuerzas de mantenimiento de la paz internacionales sufrieron varios ataques con armas de fuego, y las fuerzas armadas serbias se pusieron en alerta máxima.

El martes por la noche, decenas de manifestantes en el lado serbio de la frontera utilizaron camiones y tractores para detener el tráfico que conduce a Merdare, el cruce más grande entre los vecinos, una medida que obligó a la policía de Kosovo a cerrar el paso fronterizo el miércoles.

En el comunicado, Estados Unidos y la UE saludaron las garantías de los funcionarios kosovares de que no había una lista de arrestos de personas de etnia serbia que pudieran haber participado en protestas pacíficas y levantado barricadas.

“Al mismo tiempo, se debe respetar el estado de derecho y cualquier forma de violencia es inaceptable y no será tolerada”, señalaron.

“También esperamos que Kosovo y Serbia vuelvan a fomentar un entorno propicio para la reconciliación, la estabilidad regional y la cooperación en beneficio de sus ciudadanos”, dijeron.

Serbia no reconoce la independencia de su antigua provincia del sur, poblada mayoritariamente por albaneses, proclamada en 2008.

Rusia apoya a Serbia

Rusia “apoya” las acciones de Serbia para poner fin a las tensiones. “Tenemos unas relaciones de aliados muy estrechas, históricas y espirituales con Serbia”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Rusia sigue de manera “muy atenta” lo que pasa en Kosovo, añadió.

“Y, por supuesto, apoyamos a Belgrado en las acciones que emprenda”, insistió.

Según Peskov, “es natural que Serbia defienda los derechos de los serbios que viven al lado en condiciones tan difíciles y reaccione con severidad cuando se violan sus derechos”.

Milos Vucevic, ministro de Defensa de Serbia, aseguró el miércoles en la cadena pública RTS que el país estaba dispuesto a llegar a “un acuerdo” con Kosovo, pero no ofreció más detalles.