Tiger Woods anunció que deberá estar casi otro mes de baja debido a los espasmos en la espalda que le obligaron a retirarse la semana pasada antes del inicio de la segunda ronda del torneo de Dubai. En un comunicado, el ex número uno del mundo precisó que no podrá jugar los próximos torneos, el Genesis Open (16/19 de febrero) y The Honda Classic (23/26 de febrero). “Mis médicos me han aconsejado que no juegue las próximas dos semanas, que continúe mi tratamiento y que deje que mi espalda descanse”, señaló Woods.

“Esto no es lo que esperaba, estoy extremadamente decepcionado por perderme el Genesis Open, un torneo que beneficia a mi fundación, y el Honda Classic, el de mi ciudad natal”, apuntó el golfista norteamericano. Su reaparición se evaluará después del Honda Classic a la vista de su evolución y del resultado de las pruebas a las que pueda someterse.

El exnúmero 1 mundial disputó hace dos semanas el Farmers Insurance Open, en lo que era su primer torneo oficial en 18 meses. Después jugó el Dubai Desert Classic, del que tuvo que retirarse después de la primera vuelta (firmó 77 golpes) aquejado de «espasmos» en la espalda, según explicó su representante. En los 18 hoyos que disputó en el Emirates Golf Club se le pudo ver muy incómodo y con gestos y movimientos muy forzados.

Butch Harmon, ex coach de swing de Tiger, entiende que su pupilo ya no será aquél que en una temporada (2000) fue capaz de atrapar tres majors. «Lo que le sucedió en Dubai no es una buena señal. Quizás no vuelva a jugar en el nivel que tenía a principios de la década de 2000. Creo que en este momento lo más importante es que se mantenga sano. Además, hay que considerar que los golfistas jóvenes del PGA Tour juegan cada vez mejor». Lo dice la persona que lo condujo a conquistar ocho torneos grandes entre 1993 y 2002.

Habría que ver cuánto más puede resistir esa cabeza superados los 40 años, entre las cirugías, los dolores físicos, los tratamientos de rehabilitación, la ansiedad de sus hinchas por su regreso triunfal, la inquietud de los medios y las obligaciones con los auspiciantes. Por lo pronto, en Dubai se lo observó dudar de su rendimiento físico, lo que genera que su juego sea un tembladeral y se derrumbe ante el primer contratiempo. Y no es sólo una cuestión de fuerza; también perdió el toque en el green: necesitó la enormidad de 33 putts para completar esa primera vuelta de 77 (+5). Allá lejos y en el tiempo quedó el Tiger inmune a todo, capaz de reponerse y terminar ganando torneos desde atrás.