«Posible progreso está siendo alcanzado en conversaciones con Corea del Norte. Por primera vez en muchos años se está haciendo un esfuerzo serio por todas las partes involucradas», señaló Trump en un mensaje en la red Twitter.

«El mundo está mirando y esperando. Puede ser una falsa esperanza, pero Estados Unidos está listo para ir en cualquier dirección», añadió en su mensaje.

El Asesor de Seguridad Nacional de Corea del Sur, Chung Eui-yong, formuló el sorprendente anuncio de la apertura norcoreana a negociaciones después de un viaje a Pyongyang donde se encontró con el líder Kim Yong-un.

En ese encuentro, las dos delegaciones coreanas acordaron una nueva ronda de conversaciones en la zona desmilitarizada de la frontera.

De acuerdo con Chung, Corea del Norte está abierta a conversaciones «francas» con Estados Unidos sobre desnuclearización y estaría dispuesto a suspender sus pruebas misilísticas y nucleares mientras las negociaciones estén en marcha.

Corea del Norte abandonaría incluso su plan nuclear si su seguridad nacional es garantizada, afirmó Chung.

Sin embargo, horas más tarde el vicepresidente estadounidense Mike Pence advirtió que no reducirá la presión sobre Corea del Norte hasta que Pyongyang no tome medidas «creíbles, verificables y concretas» para deshacerse de sus armas nucleares.

«Estados Unidos y sus aliados siguen firmes en imponer la máxima presión sobre el régimen de Kim (Jong Un) para poner fin a su programa nuclear», declaró Pence poco después del anuncio de esa posible apertura norcoreana, para acotar que «todas las opciones están sobre la mesa (…)».

Otro que no derrochó optimismo fue el principal funcionario de inteligencia estadounidense: «Soy bastante escéptico sobre esto», dijo el Director de Inteligencia Nacional Dan Coats.

«Tal vez esto sea un gran avance, lo dudo seriamente. Como suelo decir, la esperanza brota eternamente», expresó Coats en una audiencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado.