Rachel Crooks, que ha realizado esas acusaciones varias veces en los últimos dos años, incluso durante la campaña presidencial, aparece en la portada del diario The Washington Post con una foto y un largo artículo titulado «¿Alguien está escuchando?».

Crooks afirma que en 2006, cuando tenía 22 años, el magnate inmobiliario (de 59 años en aquel momento) le dio un largo beso en la boca, en contra de su voluntad, delante de un ascensor.

«Una mujer que no conozco y con la que, hasta donde sé, jamás estuve dice en la PORTADA del ‘Washington Post Noticias Falsas’ que la besé (durante dos minutos) en el vestíbulo de la Torre Trump hace 12 años», escribió el mandatario en Twitter.

«¡Nunca sucedió! ¿Quién haría eso en un lugar público con cámaras de seguridad funcionando? Otra acusación falsa», agregó.

«¿Por qué el Washington Post no escribe sobre mujeres que aceptan dinero para inventar historias sobre mí? A una de ellos le pagaron su préstamo hipotecario», prosiguió en otro posteo.

A finales de 2017, Crooks había contado este episodio en detalle, en un set de televisión. «Me sorprendió, aniquiló», había dicho entonces, añadiendo que se sentía «un poco amenazada».