Los socorristas seguían buscando este lunes a los desaparecidos en el alud de tierra que sepultó el sábado una mina de jade en Birmania, provocando más de 110 muertos en una de las peores catástrofes de este tipo en los últimos años.

«Hemos encontrado ocho cuerpos hoy, por lo cual ya registramos 113 víctimas», declaró a la AFP Nilar Myint, responsable de la administración de la región de Hpakant, donde se produjo la catástrofe.

«Las operaciones de salvamento continúan y hemos encontrado más cuerpos. En total, hay más de un centenar», había dicho antes Dashi Naw Lawn, miembro de una asociación local, la Kachin Network Development Foundation.

El accidente se produjo el sábado antes del amanecer en la región de Hpakant (norte), cuando una enorme montaña de tierra y otros desechos cayó sobre decenas de cabañas en las que dormían birmanos que viven de la búsqueda de restos de jade no detectados por las empresas explotadoras.

Se trata probablemente del alud más mortífero en esta región pobre y de difícil acceso.

Hay pocas esperanzas de encontrar supervivientes, indicaron las autoridades, que admitieron que no sabían cuánta gente vivían en las cabañas.

Este tipo de accidentes es frecuente en esta región, poblada de paisajes lunares por la explotación de las minas en detrimento del medio ambiente.

Sin embargo, nunca se habían registrado tantas víctimas en una sola catástrofe.

«Pudimos identificar alrededor de 80% de los cuerpos encontrados», dijo a la AFP Tint Swe Myint, funcionaria de la región que aclaró que las operaciones de búsqueda continuarán el martes.

Miles de trabajadores birmanos pobres afluyen a esta región en los confines de China para tratar de encontrar trozos de jade olvidados por las excavadoras en las montañas de tierra y otros desechos junto a las minas.

Birmania, primer productor mundial de jade, saca grandes beneficios de la presencia masiva de esta piedra preciosa en el subsuelo de esa región minera.

En 2014, la producción de jade de Birmania alcanzaba la cifra de 31000 millones de dólares, una cifra diez veces superior a la oficial, según un informe publicado en octubre 2015 por la ONG Global Witness.

La opositora Aung San Suu Kyi, cuyo partido acaba de ganar en forma contundente las elecciones legislativas del 8 de noviembre, prometió luchar contra la corrupción y la opacidad en la economía, de la cual la industria del jade es un ejemplo.

Un portavoz de la Liga Nacional para la Democracia (LND) de Aung San Suu Kyi indicó que miembros de la organización se encontraban en el lugar.

En esta región, ONG y asociaciones locales lanzaron varias campañas para exigir que el gobierno refuerce los controles de las empresas mineras y les imponga una reducción de actividad.

Hasta ahora el gobierno ignoró sus peticiones.