Alexei Navalny, opositor ruso condenado a once años y medio de prisión, padece de un fuerte dolor de estómago, que podría estar asociado a un envenenamiento. Ruslan Shaveddinov, en conversaciones con The Guardian, afirmó que se trataría de un veneno de acción lenta. “Su situación es crítica, todos estamos muy preocupados”, agregó al diario británico.

Kira Yarmysh, portavoz del líder, informó que Navalny ha sufrido de un fuerte dolor de estómago y que no ha podido comer en la prisión. Eso empeora su dolor. Desde el lunes tiene prohibido comprar alimentos alternativos en la tienda del penal y recibir paquetes, se lee en El Mundo. Además, personas cercanas a él denunciaron que los medicamentos enviados por su madre no fueron recogidos por los funcionarios penitenciarios de la oficina de correos y fueron devueltos. “Estoy realmente aterrorizada porque nadie sabe lo que está pasando”, confesó Yarmysh. “Putin no tiene líneas rojas”, concluyó.

Shaveddinov comentó que una ambulancia fue llamada la semana pasada a la colonia penal de máxima seguridad IK-6 en Melekhovo, a unos 250 kilómetros (155 millas) al este de Moscú, donde está detenido Navalny. “Entendemos que la situación debe haber sido muy mala si se llamó a una ambulancia”. Sin embargo, comentó que el opositor de Vladimir Putin, por disposición de las autoridades, no fue ingresado a un hospital.

Desde que llegó el servicio de la ambulancia, no han recibido una actualización del estado de salud del líder opositor. Shaveddinov argumentó que “las autoridades penitenciarias están haciendo todo lo posible para aislarlo”. El periodista fue más allá y le dijo a The Guardian que “nuestra teoría es que lo están matando gradualmente, usando un veneno de acción lenta que se aplica a través de la comida”.

Esto, según él, no parecería extraño, teniendo en cuenta que Navalny fue envenenado con novichok, un agente neurotóxico de fabricación soviética, en un viaje a Siberia en 2020. Él ha acusado a Putin de estar detrás del ataque. Cuestionado por las recientes afirmaciones de que Navalny podría estar siendo envenenado, el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, dijo que el Kremlin no estaba siguiendo el estado de su salud y que eso era un asunto del servicio penitenciario federal.

Shaveddinov también le comentó a The Guardian que las autoridades penitenciarias están tratando de “romper” a Navalny, colocándolo continuamente en un shtrafnoy izolyator (shizo), o celda de castigo, por infracciones menores de las reglas de la prisión o sin dar ninguna explicación. “Desde agosto, Navalny ha pasado la mayor parte de su tiempo en una celda de castigo (…). No puedes dormir bien en shizo, no hay acceso a la tienda de alimentos de la prisión, y es difícil escribir y leer cartas debido a la mala iluminación”.

Al respecto, Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa del Este y Central, dijo: “Las autoridades penitenciarias rusas están utilizando los métodos crueles que han estado perfeccionando durante años para tratar de quebrantar el espíritu de Alexei Navalny, haciendo que su existencia en la colonia penal sea insoportable, humillante y deshumanizante.”