El lunes, en medio de las tensiones en Ucrania por la invasión rusa, Bielorrusia aprobó una reforma constitucional con la que se elimina su estatuto de país sin capacidad nuclear y se permite que en un futuro se alberguen armas nucleares en su territorio.

Esta noticia es trascendental para Europa, considerando que la exrepública soviética se convirtió en las últimas semanas en una plataforma clave para Moscú y sus ofensivas militares. En Bielorrusia se realizaron ejercicios militares para presionar a Ucrania y más tarde, según la Casa Blanca, se enviaron tropas para ayudar a Rusia en su operación de invasión. Por todo esto, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, dijo que la decisión es “muy peligrosa”.

“Es muy peligroso si comenzamos a cambiar el estatus de países que adquieren capacidad nuclear. Sabemos qué significará para Bielorrusia. Significa que Rusia instalará armas nucleares en Bielorrusia, y es una vía muy peligrosa”, dijo Borrell en una videoconferencia con ministros europeos de Defensa.

Bielorrusia, una nueva amenaza nuclear para Europa

La reforma fue impulsada por el mandatario bielorruso, Alexander Lukashenko, un fiel aliado de Moscú. Lukashenko convocó un referendo para consultarle a su pueblo sobre el cambio de estatus del país frente a la capacidad nuclear. Sin embargo, el referendo no fue reconocido por la comunidad europea dada la falta de garantías para celebrar votaciones democráticas en el país.

En el paquete de reformas también se incluyó la posibilidad de extender el mandato de Lukashenko hasta 2035, además de otorgarle al presidente una “inmunidad de por vida contra el enjuiciamiento” una vez abandone el cargo.

Todas las reformas fueron aprobadas. En el referendo participó el 78,63 % de los bielorrusos, una cifra que, a pesar de logrado el objetivo de Lukashenko, resulta negativa para su gobierno considerando el estricto control que ejercer sobre la población.

Se considera que detrás de esta decisión está el presidente ruso, Vladimir Putin, quien habría ejercido presión sobre su homólogo bielorruso para convertir a Minsk de alguna manera en su “patio trasero” de operaciones con las que busca atemorizar a Europa.

El domingo, Putin ordenó que las “fuerzas de disuasión” (que incluye las armas nucleares) se pongan en alerta máxima de combate, un paso que generó una oleada de condenas en el continente.

Lukashenko, entre tanto, advirtió a Europa que no se atreva a transferirle arsenal nuclear a su vecina Polonia, pues en dado caso de que Varsovia reciba armas nucleares, le pedirá a Putin que le entregue las armas a las que renunció en el pasado.

“Si ustedes [Occidente] transfieren armas nucleares a Polonia o Lituania, a nuestras fronteras, entonces recurriré a Putin para devolver las armas nucleares que entregué sin ninguna condición”, dijo Lukashenko.

Rechazo a las armas nucleares en Bielorrusia

Como primera reacción al resultado del referendo del domingo, Estados Unidos suspendió las operaciones de su embajada en Bielorrusia y autorizó la partida voluntaria del personal no esencial de su legación de Moscú, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken.

“Tomamos estas medidas debido a preocupaciones de seguridad derivadas del ataque no provocado e injustificado de las fuerzas militares rusas contra Ucrania”, dijo Blinken en un comunicado.

El jefe de la diplomacia europea, por su parte, pidió “denunciar esa decisión y denunciar la participación de Bielorrusia en la agresión contra Ucrania”.

Más ayuda para Ucrania

Los ministros europeos de Relaciones Exteriores acordaron liberar recursos del Fondo Europeo para la Paz para ayudar a Ucrania.

De esa forma, la Unión Europea autorizó la utilización de 450 millones de euros de ese fondo a la compra y entrega de equipos letales a las fuerzas ucranianas, además de unos 50 millones de euros para combustible y equipos médicos.

La reunión de Borrell con los ministros europeos de Defensa tenía por objetivo “coordinar las acciones que llevan adelante los estados miembros” del bloque en ayuda de Ucrania.

El gobierno de Bielorrusia ya es objeto de sanciones por parte de la UE por su represión a protestas en 2020, y Bruselas se apresta ahora a aplicar nuevas sanciones por permitir que Rusia utilice el territorio bielorruso para atacar a Ucrania.