La policía polaca arrestó el martes a un hombre condenado por asesinato que era prófugo de la justicia desde hace dos décadas. Según las autoridades, el arresto se dio porque el ciudadano no portaba tapabocas en una tienda, lo cual representaba una violación a las normas adoptadas para combatir la pandemia.

“El individuo fue arrestado por la Policía en el distrito de Bielany por no portar mascarilla”, precisó por la subinspectora de la policía de Varsovia, Elwira Kozlowska.

El hombre, de 45 años, fue llevado a un centro de detención preventiva. Deberá cumplir una sentencia que lo condenó a 25 años de prisión. Kozlowska se negó a brindar detalles sobre el asesinato por el cual el detenido fue condenado.

Las estrictas normas adoptadas para enfrentar la pandemia le han permitido a las autoridades de todos los países detener el contagio de casos de COVID-19, pero también ha ayudado a atrapar a varios prófugos de la justicia. El caso polaco es solo el más reciente.

Hace solamente unos días, un hombre que escapó de la policía china durante tres años se entregó a las autoridades argumentando que no podía resistir más las estrictas restricciones del gobierno chino por la pandemia. El fugitivo, de 42 años, no podía viajar debido a que no contaba con un pase sanitario, un documento al que no podía tener acceso debido a sus problemas con la justicia, según explicó la policía de Hangzhou.

En mayo de 2020, el Servicio de Noticias de China también reportó un caso similar. Un hombre que había huido de la policía 24 años atrás por presunto homicidio fue arrestado por no portar una tarjeta de identificación, un requisito del nuevo código de salud.

Otro caso que involucra a China es el de un sospechoso de homicidio que huyó desde Taiwán en noviembre de 2021. El hombre fue atrapado mientras hacía cuarentena en un hotel de la ciudad costera de Xiamen. Las restricciones de movilidad, dijeron las autoridades, facilitaron su captura.

En Argentina también se presentó otro caso similar al de Polonia. Un ciudadano de Perú fue detenido por la policía de Buenos Aires en abril de 2020, cuando la pandemia recién comenzaba en América Latina. Las autoridades se encontraron con que el hombre, que había violado la cuarentena en la ciudad y por lo cual fue detenido, tenía un pedido de captura pendiente por el secuestro de un menor en 2016.

El fugitivo fue procesado con prisión preventiva por secuestro extorsivo agravado, el delito que cometió hace años. Sin embargo, fue el haber violado las medidas impuestas por la emergencia sanitaria lo que lo llevó a prisión finalmente.