La Cancillería de Colombia informó que el gobierno de Iván Duque reconoció este miércoles a Jeanine Áñez como la presidenta interina de Bolivia. La senadora opositora perteneciente al partido Plan Progreso se proclamó el martes en la noche en el cargo durante una sesión legislativa sin quórum. Aunque el Tribunal Constitucional avaló su posesión, en la que el jefe del Ejército Williams Kaliman fue el encargado de ponerle la banda presidencial, la decisión continúa generando controversia tanto al interior de Bolivia como en toda la región.

“(El gobierno colombiano) acompaña a Jeanine Áñez en su propósito de avanzar hacia una pronta realización de elecciones libres y transparentes y con observación internacional”, apuntó la Cancillería de Colombia en un tuit. Añez, de tendencia derechista, ha prometido acelerar los tiempos para que Bolivia cuente con un nuevo gobierno el próximo 22 de enero de 2020.

Antes del pronunciamiento de Colombia, otros gobiernos de la región se habían pronunciado sobre el nombramiento de Áñez en Bolivia. Michael Kozak, encargado de asuntos de Latinoamérica en el Departamento de Estado de EE. UU., comunicó en la noche del martes que el gobierno de Donald Trump reconocía a la senadora como la jefe interina de Bolivia y que esperaba “trabajar con y ella y otras autoridades civiles del país mientras se organizan elecciones libres y justas lo antes posible”.

El canciller de Brasil, Ernesto Araujo, se sumó a la lista de apoyos y señaló que el gobierno de Jair Bolsonaro también reconoce a Áñez como la mandataria interina. Según el jefe de la diplomacia brasileña, la senadora asumió “legalmente” sus funciones como mandatario interino de los bolivianos y se está cumpliendo a cabalidad con la Constitución de este país.

Sin embargo, otros gobiernos no han seguido la misma postura. En Argentina, donde se prepara la transición del gobierno, el presidente saliente Mauricio Macri se limitó a reconocer a Áñez como una “autoridad”, mientras que la vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, rechazó la “nueva moda” de la autoproclamación presidencial en la región.

“En el vacío de poder generado por la renuncia de Evo Morales y de su vicepresidente, ella es una referencia de autoridad frente a la situación crítica de vacío institucional que hay, pero para poder ser designada y reconocida como presidenta provisional, es relevante el elemento de su ratificación por Asamblea Legislativa», le dijeron fuentes del Ministerio de Exteriores de Argentina al diario La Nación.

Por otro lado, el gobierno de México, que le ofreció asilo al presidente Evo Morales en el país, puntualizó que, por la Doctrina Estrada, que rige la política exterior del país, no se debe otorgar “reconocimientos” de gobiernos. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) compartió un texto el que referencia que “México no se pronuncia en el sentido de otorgar reconocimientos, porque considera que esta es una práctica denigrante”.

En esta misma Doctrina Estrada, que desde la década de 1930 ha regido la política exterior mexicana y es seguida por el actual Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se considera que reconocer o no gobiernos puede “herir la soberanía” y abre la puerta a que otras naciones asuman “una actitud crítica” al decidir “favorable o desfavorablemente” sobre “la capacidad legal de regímenes extranjeros”.

“En consecuencia, el Gobierno de México se limita a mantener o retirar, cuando lo crea procedente a sus agentes diplomáticos y a continuar aceptando cuando también lo considere procedente a los similares agentes diplomáticos que las naciones respectivas tengan acreditados en México”, apunta el documento.

“Lo que México quiere que se respete la voluntad del pueblo boliviano y que debe manifestarse esta voluntad y ejercerse por los cauces constitucionales y pacíficos», afirmó la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado.