Pakistán despertó en pleno caos electoral, con el partido del gobierno saliente denunciando «fraudes flagrantes» y rechazando, incluso antes de su anuncio, los resultados parciales de las legislativas, que sugieren una victoria del excampeón de críquet Imran Khan.

Khan, por su parte, reivindicó hoy la victoria de su partido en las elecciones celebradas en la víspera de este jueves, las cuales estuvieron marcadas por un tenso clima y retrazos en el conteo oficial de los votos.

Según medios locales, unas 13 horas después de que terminara la votación se habían escrutado menos de la mitad de los votos y casi 24 horas después del cierre de los colegios electorales, la Comisión Electoral de Pakistán (ECP) no había comunicado los resultados oficiales.

La  ECP respondió y achacó esta lentitud a problemas técnicos relacionados con el uso de un nuevo sistema electoral.

«Estas elecciones no están empañadas […] Son justas y transparentes en un 100%», afirmó su director, Sardar Muhammad Raza, en una conferencia de prensa.

Pero los retrasos alimentaron las sospechas de fraude. El miércoles por la noche, la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N), en el poder los últimos cinco años, anunció que rechazaba «íntegramente los resultados […] a causa de irregularidades claras y masivas».

«Los resultados fueron contados sin la presencia de nuestros agentes electorales», añadió.

Su dirigente, Shahbaz Sharif, hermano del ex primer ministro Nawaz Sharif, actualmente encarcelado por corrupción, había denunciado en una rueda de prensa unos «fraudes tan flagrantes que todo el mundo se puso a llorar». Después advirtió en Twitter que unos «resultados basados en un arreglo masivo provocarán daños irreparables al país».

El líder del Partido Popular Paquistaní (PPP, en el poder entre 2008 y 2013), Bilawal Bhutto-Zardari abundó en este sentido y calificó el desarrollo de los comicios de «imperdonable y escandaloso».

En contraste, el candidato Imran Khan, de 65 años, quien hizo de la lucha contra la corrupción su caballo de batalla electoral, se pronunció frente a su victoria parcial, afirmando: «Tuvimos éxito y recibimos un mandato».

¿Qué se viene en Pakistán?

«Es el caos absoluto», comentó la analista política Azeema Cheema, quien dijo estar «muy preocupada» por el giro que puedan tomar los acontecimientos.

«Dependerá de cómo se organice la desobediencia civil. Podría haber motines espontáneos entre los militantes políticos. O los partidos políticos podrían organizar sentadas y manifestaciones», explicó a la AFP.

«Poco importa cómo se gestione, el clima postelectoral inmediato será bastante tenso», consideró por su parte Michael Kugelman, analista del Centro Wilson de Washington, que no ve «ninguna forma de evitar un periodo de tormenta».

Las elecciones del miércoles, celebradas bajo fuertes medidas de seguridad, constituían una infrecuente transición democrática entre dos gobiernos civiles, en este joven país con un pasado marcado por los golpes de Estado militares.

Sin embargo, durante las votaciones se produjeron varios ataques contra colegios electorales. El más importante de ellos fue un atentado suicida reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI), que provocó al menos 31 muertos y 70 heridos cerca de una oficina de votación de Quetta, en la provincia de Baluchistán (sudoeste).