Hassan Al Thawadi, uno de los jefes de la organización del Mundial de Fútbol 2022 en Catar, reconoció en una entrevista con la cadena TalkTV que entre 400 y 500 obreros migrantes murieron durante los preparativos para la celebración de la copa.

Este es un cambio significativo en las cifras, pues el gobierno catarí había reconocido hasta hace unos meses el fallecimiento de apenas 40 migrantes que trabajaban en la construcción de estadios. En el programa “Uncensored” de Piers Morgan, Al Thawadi había reconocido que hubo 3 muertes relacionadas con el trabajo y 37 muertes no relacionadas con el trabajo en los proyectos del Comité Supremo de Entrega y Legado. Para el funcionario, las condiciones de seguridad para los trabajadores del sector construcción está mejorando cada año.

“Creo que, en general, la necesidad de una reforma laboral indica que hay que hacer mejoras. Esto es algo que reconocimos antes de llevar a cabo la candidatura. Las mejores que se han producido no ha sido por la Copa del Mundo. Hemos tenido que hacerlas por nuestros valores”, dijo Al Thawadi.

La cifra, aunque es más elevada que la transmitida con anterioridad, está todavía lejos de las 6.500 muertes que proyectó un reportaje del diario The Guardian en febrero de este año. Según el medio inglés, la mayoría de los trabajadores muertos son de nacionalidad india y nepalí. Los migrantes que llegan de Bangladesh, Pakistán y Sri Lanka ocupan las siguientes casillas.

El medio millar de trabajadores muertos corresponde “a las estadísticas nacionales que cubren el período 2014-2020 para todas las muertes relacionadas con el trabajo (414) en todo el país, abarcando todos los sectores y nacionalidades”.

El número de muertos, denuncia The Guardian, podría ser mayor, pues no se han tenido en cuenta las muertes de migrantes de otros países como Kenia y Filipinas ni el registro de los últimos meses de 2020. Las deficiencias estadísticas de Catar hacen mucho más difícil el recuento.

Sin investigación sobre “las muertes de empleados, es difícil saber cuantos son muertos por el calor extremo, pero no hay duda sobre el hecho de que el asunto es extremadamente grave”, dice Steve Cockburn, director del Programa de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional.

Las autoridades cataríes desmienten rotundamente, hablan de “calumnias”, “racismo” y esgrimen ahora la amenaza de acciones judiciales. “Hemos tomado un amplio abanico de medidas (…) para mejorar la vida de todos los trabajadores en Catar”, arguye a AFP un responsable gubernamental. Según él, “queda trabajo por hacer”, pero “nadie puede legítimamente contestar que el Mundial ha acelerado el progreso en nuestro país”.

Ninguna ONG internacional de renombre ha recogido el dato de 6.500. Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW) han pedido a la FIFA que cree unos fondos de indemnización para los trabajadores migrantes, sin dar un balance.

Sobre el reporte de The Guardian, Al Thawadi dijo que los números no son correctos y se limitó a decir que, sea cual sea la cifra total, “una muerte es una muerte, ya es demasiado. Es claro y simple”.