En este lado del mundo saltando no hay nadie mejor que ella. Caterine Ibargüen impuso toda la categoría de una deportista olímpica. Este lunes en la pista atlética de Barranquilla, en su último salto, logró una marca de 6.83 metros. Suficientes para ser mejor que todas y ponerse en lo más alto del medallero en la final del salto de longuitud femenino de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018.

El podio lo completó con la plata la saltadora Chartel Malone de Islas Virgenes y la puertorriqueña Alysbeth Félix, quien fue bronce.

La serie para la colombiana arrancó con 6.56 metros en su primer salto, luego el segundo fue de 6.51, el tercero de 6.46, el cuarto de 6.74, con el que empezó a asegurar la medalla dorada. Ya en su quinto intento, con un poco menos de presión, Ibargüen tuvo un salto nulo. Pero la gloria, la diferencia y el prestigio llegó en el sexto, en el que logró una marca de 6.83 metros. Sonrisa y baile para la de Apartadó.

El salto largo no es algo ajeno para ella. A comienzos de junio la atleta colombiana, campeona olímpica de triple salto, batió en Marsella (Francia) el récord nacional de longitud con una marca de 6,87 metros que le dio la victoria en esa oportunidad en la Liga de Diamante.

Igualmente, en abril la colombiana le había asegurado a este periódico que el salto triple era una prueba de alto impacto y que a sus 33 años se podía ver reflejado en molestias musculares, razón por la que cada movimiento lo planifica minuciosamente junto a su entrenador Ubaldo Duany. Quizá por eso el salto largo es ahora uno de sus fuertes. Lo que sí está por sentado es que Ibargüen en largo o en triple vale oro.