La Comisión de Salud de China no aceptó los planes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para investigar a profundidad el origen del COVID-19 en el país. Dentro de la agenda de la OMS para una segunda visita se incluyó un análisis a fondo de la teoría que asegura que el virus escapó de un laboratorio en Wuhan.

“En ciertos aspectos, el plan de la OMS para la próxima fase de investigación sobre el origen del coronavirus no respeta el sentido común, y va en contra de la ciencia. Es imposible que aceptemos ese plan”, dijo el viceministro de sanidad, Zeng Yixin.

¿Por qué ahora? En enero de 2021, una misión de la OMS viajó a China para investigar el brote de COVID-19 en Wuhan. Tras la visita, la misión presentó un informe en el que consideró que la hipótesis más probable del brote era la de el salto del virus de un animal al ser humano a través de una tercera especie, aunque aún no se han dado conclusiones. Al mismo tiempo, la OMS calificó de “altamente improbable” la fuga del virus de un laboratorio y recomendó no continuar con la investigación sobre esta teoría.

  • El director general de la OMS, Tedros Adhanom Gebreyesus, dijo en julio tras la presentación del informe de la misión que estaba inconforme con los datos presentados por China e hizo una invitación a continuar estudiando la teoría de la fuga en un laboratorio.
  • Varios países de Occidente, en especial Estados Unidos, han cuestionado el informe de la OMS y han solicitado una nueva investigación. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha pedido a sus agencias que estudien las preguntas sin resolver sobre el origen del virus.

¿Hay fundamentos? Zeng sugirió que si había pruebas que lo justificaran, otros países podrían estudiar fugas desde sus laboratorios. El origen del COVID-19 continúa siendo un misterio. Para China, es necesario realizar más estudios sobre la transmisión desde animales, antes de gastar esfuerzos en la teoría de la fuga del laboratorio.

Un punto clave en discusión sobre esta teoría es la decisión del Instituto de Virología de Wuhan (WIV) de desconectar sus bases de datos en 2019, poco antes de que se conociera en el mundo la magnitud del brote. Yuan Zhiming, director del Laboratorio Nacional de Bioseguridad del WIV dijo que las bases comenzaron a compartirse internamente debido a la “preocupación por ciberataques”.