En lo que va de año, 327.800 personas han llegado a Europa por mar y 3.740 han fallecido en el intento. Una lamentable cifra que da para pronosticar que 2016 va a ser el año más mortífero, en ese sentido, si se tiene en cuenta que se encuentra a apenas a 31 muertes de superer el registro de 2015, año en el que fallecieron 3.771 migrantes tratando de llegar a Europa. Otra estadística evidencia de mejor forma lo que representa este registro y es que el índice de mortalidad en 2016 subió ostensiblemente en comparación con 2015: Durante 2015 una de cada 269 personas que se embarcó en la travesía hacia Europa falleció, mientras que este año la probabilidad de morir se incrementó a uno de cada 88 migrantes, de acuerdo con el portavoz de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), William Spindler.

Según Splinder, esto se debe, entre otras, a cambios en la migración. «Alrededor de la mitad de las personas que cruzaron el Mediterráneo este año viajaron del Norte de África a Italia, una ruta mucho más peligrosa; los traficantes de personas usan embarcaciones de peor calidad y, en múltiples ocasiones, se registraron embarcaciones masivas con miles de personas a bordo», sostuvo Splinder, durante una rueda de prensa en Ginebra, Suiza. Por ello, esta entidad invitó a todos los países «a garantizar el funcionamiento de los sistemas de asilo mejorando el reasentamiento y la admisión de refugiados, facilitando la reunificación familiar y la emisión de visados de trabajo y estudios».

Pero, mientras Acnur daba a conocer esta lamentable cifra, la ONG Médicos sin Fronteras (MSF) reportaba el rescate de unas 246 personas que se encontraban a la deriva, a 26 millas de las costas libias. Esa entidad anunció, además, la recuperación de 25 cadáveres. Los cuerpos fueron hallados por miembros de la embarcación Bourbon Argos en una embarcación en la que iban 107 personas, «que fueron asistidas en una primera operación, mientras que en un segundo dispositivo MSF socorrió a otras 139 personas que navegaban en otra lancha neumática que se encontraba en las inmediaciones».

El jefe de proyecto de MSF, a bordo del Bourbon Argos, Michele Telaro, explicó que las personas, posiblemente, murieron a causa de la asfixia, «sumergidas bajo una capa de carburante y agua de mar». Por ello, el encargado de las operaciones migratorias de MSF, Stefano Argenziano, instó a la Unión Europea para que ponga solución al drama migratorio y les dé alternativas para acceder a Europa sin tener que hacerlo cruzando el Mediterráneo.