Corea del Sur y Corea del Norte tuvieron este sábado sus primeras conversaciones al más alto nivel en casi un año en la localidad fronteriza de Panmunjom para calmar las crecientes tensiones que han llevado a las dos naciones rivales al borde de una posible confrontación militar.

La reunión comenzó poco después del final del plazo dado por Pyongyang a Seúl para retirar los altavoces que emiten propaganda contraria al país comunista en la frontera. Corea del Norte dijo que sus tropas de vanguardia están listas para entrar en combate si el Sur no da marcha atrás.

El encuentro a puerta cerrada de Panmunjom entre las dos naciones rivales comenzó a media tarde del sábado, hora local, según un funcionario del Ministerio de Unificación surcoreano, que pidió no ser identificado de acuerdo con las normas del departamento. El responsable no ofreció más detalles.

La oficina presidencial de Seúl dijo que en la delegación surcoreana estarán el director de Seguridad Nacional, Kim Kwan-jin, y el ministro de Unificación, Hong Yong-pyo, y se sentarán a dialogar con el máximo responsable del Ejército Popular de Corea, Hwang Pyong So _ considerado por analistas externos la segunda persona con más poder en el país por detrás del líder supremo Kim Jong Un _ y Kim Yang Gon, secretario del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea y alto funcionario encargado de los asuntos relativos a Corea del Sur.

El encuentro se produce en medio de una escalada de las tensiones entre ambos países que comenzó con un presunto ataque norcoreano con una mina que habría mutilado a dos soldados surcoreanos y  la reanudación de la emisión de propaganda surcoreana en contra de Pyongyang. Estos hechos aumentaron los temores de que el conflicto pueda salirse de control.

Un funcionario del Ministerio de Defensa de Corea del Sur, que no quiso ser identificado alegando normas del departamento, dijo que Seúl continuará con las emisiones transfronterizas de sus mensajes hasta el final del plazo dado por el Norte, pero agregó que no se ha decidido aún si seguirán más allá de la reunión.

Seúl ha estado empleado 11 sistemas de altoparlantes a lo largo de la frontera para transmitir sus mensajes, que incluyen las últimas noticias relativas a la península coreana y al mundo, música popular surcoreana y programas que alaban la democracia y la riqueza del vecino del sur frente al gobierno opresor del Norte, dijo un alto cargo militar, que habló bajo condición de anonimato, en una conferencia de prensa.

En Pyongyang, los negocios mantenían su actividad habitual y los puestos callejeros de venta de helados estaban llenos de residentes que descansaban bajo parasoles para resguardarse del sol del verano. No había signos visibles de mayores medidas de seguridad, aunque la ciudad cuenta habitualmente con una estrecha seguridad. Más de 240 surcoreanos entraron en un complejo industrial gestionado por los dos países rivales en el pueblo fronterizo norcoreano de Kaesong.