Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras, y Nicolás Maduro, mandatario venezolano, tienen mucho en común. Aunque cada uno critique al otro y nieguen parecerse, lo cierto es que a los dos les gusta, entre otras cosas, la reelección, aunque haya que cambiar leyes para lograrlo.

Hasta 2015 en Honduras estaba prohibida la reelección. Sin embargo, una iniciativa de un grupo parlamentario logró que la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia derogara el artículo 239 de la Constitución, que prohibía específicamente la reelección desde 1982bajo cualquier modalidad. Coneste fallo se le dio el visto bueno a la reelección presidencial de Hernández, así como de otros expresidentes de ese país.

Los cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte, tres del partido de gobierno y dos liberales, fallaron  a favor de dos recursos —uno interpuesto por 16 diputados oficialistas y el otro por el expresidente Rafael Leonardo Callejas— que solicitaban la “inaplicabilidad” del artículo 239, que establece que “el ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser elegido presidente de la República o Designado Presidencial”.

Agrega que quienes violen esta disposición o propongan una reforma serán cesados de sus cargos y quedarán inhabilitados por 10 años para ejercer cualquier función pública.

Cabe recordar que ocho años atrás (2009) el presidente Manuel Zelaya Rosales fue derrocado y expulsado de Honduras por intentar una consulta popular para reforma la Ley y permitir la reelección. A Hernández le dijeron que la reelección estaba prohibida, a pesar del fallo, pues no se reformaron todos los artículos que la impedían. Igual se postuló, aunque su triunfo esté medio embolatado, pues el Tribunal Supremo Electoral (TSE), en manos oficialistas, no ha dado los resultados.

¿Por qué no hay resultado en Honduras?

Resulta que la noche de las elecciones, y cuando el candidato opositor a Hernández, Salvador Nasralla llevaba la ventaja se cayó el sistema electoral. El escrutinio de votos se silenció durante diez horas y después, ante la presión, el director del TSJ, David Matamoros, anunció que la ventaja era para el presidente actual. Sí, Juan Orlandon Hernández.

Un magistrado suplente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) denunció varias «rarezas» electorales. Por eso se pidió hacer un nuevo escrutinio, cuyo resultado, por supuesto a favor de Hernández, tampoco convenció a Nasralla, quien pidió un segundo conteo. El resultado está  punto de salir, pero analistas hablan que el triunfo del actual mandatario se da por descontado.

La encargada de negocios de la Embajada de EE.UU. en Tegucigalpa, Heide Fulton, Estados Unidos, a través de su encargada de negocios en Tegucigalpa, Heide Fulton, subrayó el sábado que están «listos para trabajar con el que gane». Sin embargo, es claro que con Nasralla no tendrán el grado de colaboración en el tema de narcotráfico, principalmente, que tienen con el actual mandatario. Además bajo el actual gobierno las empresas extranjeras gozan de beneficios que en otro gobierno seguro perderían. Es decir, aquí no hubo «fraude electoral».

Venezuela y la dictadura

En donde sí lo denuncian la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea y Estados Unidos es en Venezuela. Resulta que allá sí hay fraude. Aunque son evidentes las sucias estrategias que usa el gobierno de Nicolás Maduro para acabar con sus opositores, así como su manipulación de los entes del Estado a su favor, no se entienden el silencio con Honduras y los señalamientos con Venezuela.

Maduro ha usado a placer al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que anuló al Parlamento, le autorizó una Asamblea Constituyente y jamás a fallado en contra del chavismo. Además, realiza unas elecciones en las que todo favorece al oficialismo. Cosas de una dictadura, sin duda.

Estados Unidos acusó a Maduro de tratar de consolidar el poder en su «dictadura autoritaria» con la amenaza de prohibir los partidos de oposición en las elecciones del año próximo, en las que el mandatario aspira a la reelección.

«El intento de Maduro de prohibir los partidos de oposición en las elecciones presidenciales es otra medida extrema para cerrar el espacio democrático en Venezuela y consolidar el poder en su dictadura autoritaria», dijo la vocera del Departamento de Estado, Heather Nauert, en su cuenta en Twitter.

«Partido que no haya participado hoy y haya llamado al boicot de las elecciones no puede participar más. Ese es el criterio que la Asamblea Nacional Constituyente ha esgrimido (…) y yo los apoyo», dijo Maduro en rueda de prensa tras votar en Caracas. «No podrán participar; desaparecerán del mapa político», insistió.

Lo de Venezuela es inadmisible, la situación es grave, pero, ¿la comunidad internacional no va a decir nada de lo que pasa en Honduras? Maduro ya habló. Pidió que no lo comparen con Juan Orlando Hernández porque él es una «alimaña»

«No, no, no, no nos comparen con ese tipo de alimaña, como el presidente fraudulento de Honduras, es una alimaña, no nos comparen, derecha mayamera que dice que el bandido fraudulento aplica táctias del chavismo», declaró Maduro. ¿Los parecidos son pura coincidencia?