El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, lo dijo sin pelos en la lengua. En una carta a los miembros de la Unión Europea (UE) calificó la política exterior estadounidense como una amenaza exterior comparable a China, Rusia, las crisis en Oriente Medio o el islam radical.

“Sus declaraciones son preocupantes. El cambio de gobierno en Washington coloca a la Unión Europea en una situación muy difícil con la nueva administración, la cual pone en cuestión los últimos 75 años de política exterior estadounidense”, aseguró Tusk en una misiva enviada a los 28 líderes de la UE y en la que el polaco alerta del “futuro altamente impredecible” que le espera a la Unión.

Desde que Donald Trump estaba en campaña, en Europa se escucharon duras críticas a sus propuestas. Ayer, los líderes europeos reunidos en Malta, el país más pequeño de la UE, volvieron a alzar la voz contra el mandatario republicano. François Hollande, presidente francés, aseguró que “es inaceptable que haya, a través de un cierto número de declaraciones del presidente de Estados Unidos, una presión sobre lo que debe ser Europa o sobre lo que no debe ser”.

Por su parte, el jefe del gobierno austríaco, Christian Kern, dijo que “no es una amenaza, podría representar un catalizador para una Europa más fuerte, más unida. De hecho, es como una señal de alarma”.

La UE enfrenta este año algunos de los mayores retos en los casi 60 años de proyecto europeo: la salida del Reino Unido, la crisis migratoria y la tímida recuperación tras la caída financiera de 2008.

“Europa tiene su futuro en sus manos”, reiteró en la cumbre la jefa del gobierno alemán, Ángela Merkel, para quien cuanto “más fuerte esté Europa, mejor podrá cuidar las relaciones transatlánticas”.

Según Hollande, “frente a los desafíos planteados por la administración estadounidense y la elección de Donald Trump y las decisiones que ha tomado, más allá de los juicios que podamos tener, debemos concebir una respuesta europea y fijar perspectivas comunes sobre los principales temas”.

El analista e historiador Miguel Benito explica que Europa debe aprender a vivir sin Estados Unidos. “Trump necesitará aliados, ya que no puede parecer que EE. UU. sólo tenga enemigos. Así que buscará entre los populistas europeos (Farage, Le Pen, etc)”.

Agrega el experto que la real amenaza para la UE no es Trump, sino su indiferencia hacia la política de Rusia. “Eso obligará a la UE a plantearse políticas de defensa, seguridad y exteriores autónomas y que respondan a los intereses estrictamente europeos”.

Tusk luego matizó sus palabras y dijo que EE. UU. era la máxima prioridad: “No tengo dudas de que para todos nosotros sigue siendo la máxima prioridad política proteger nuestra relación con Estados Unidos contra sus enemigos”.

Joseph Muscat, primer ministro maltés, confirmó la inquietud de los dirigentes europeos “ante algunas decisiones adoptadas (…) y algunas actitudes”. A pesar de todo “no hay ningún sentimiento de antiamericanismo”, aseguró.

Sin embargo, varios líderes pidieron revisar la nominación de Trump del embajador en la UE. Ted Malloch es visto con malos ojos por sus ideas antieuropeas. El profesor en la Escuela de Negocios Henley, en la Universidad de Reading (Reino Unido), considera que todos los estados miembros deberían someter su pertenencia a la Unión a referendos como el realizado en Reino Unido en junio de 2016.