Simon Yates alzó los brazos en Luitra. Se quedó con la sexta etapa de la Vuelta a España. Pero Darwin Atapuma no le perdió pisada a los favoritos de la competencia y se mantiene como líder de la ronda ibérica tras arribar en la decimosexta posición con el mismo tiempo del grupo en los que se encontraban Nairo Quintana, Alejandro Valverde, Chris Froome, Esteban Chaves y Alberto Contador.

Yates, de 24 años, hermano gemelo de Adam, cuarto y mejor joven del Tour de Francia, reventó el plan del Movistar de atrapar la etapa para Valverde con un ataque a 3 kilómetros que sorprendió a la escuadra telefónica y al suizo Frank, último superviviente de la escapada del día. Muy disciplinado, Simon Yates pidió permiso a su director Neil Stephens para atacar. Y se puso en modo avión. Imparable, llegó a meta con 19 segundos de adelanto sobre el español Luis León Sánchez (Astana) y 22 respecto al italiano Fabio Felline (Trek). Los favoritos entraron juntos con el mismo tiempo, a 29 segundos del ganador.

«Una jornada dura, de calor y mucho desgaste, que ha sido para los líderes«, según resumió Contador en meta, que no movió para nada la general. Darwin Atapuma logró el objetivo de guardar la roja y mantuvo las diferencias de 28 segundos sobre Alejandro Valverde y 32 respecto a Froome.

La etapa salió lanzada de la capital de la Ribeira Sacra con el pelotón mermado por las bajas de Kruijswijk, Kiserlovski y Minard. La polémica del maldito bolardo que causó la grave caída de Lugo en el centro del debate. La organización pidió disculpas a los corredores y equipo implicados y admitió el error por no haber señalizado el obstáculo. También hubo minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Italia. Luego, al ruido de un pelotón que salió con prisa. Continuos intentos de fuga controlados por el BMC hasta que el equipo del líder dio luz verde a 11 corredores para la aventura a partir del kilómetro 45.

Entre ellos los españoles Alberto Losada y Omar Fraile, pero el más peligroso en la general era el portugués José Mendes, a 2.51 minutos de Atapuma. Nada preocupante bajo el sol que asaba las espaldas de los corredores con 36 grados de temperatura. Pronto se retiró el colombiano Miguel Ángel «Supermán» López (Astana). La ayuda del Orica al mando del gran grupo fue condenando uno a uno a los aventureros en el ascenso al Alto de Alenza (2a), única dificultad puntuable del día, pero no la única, donde se reveló el rey de la montaña de la Vuelta 2015, el vizcaíno Omar Fraile (Dimension Data).

De la cima a Luintra casi 50 kilómetros por carreteras estrechas de continuo sube y baja, un rompepiernas entre bancales de viñedos que culminan en los vinos de la Ribeira Sacra, así llamada por la abundancia de templos y monasterios en la antigüedad, de los que quedan actualmente 18. Fraile hizo votos para la gloria. Abrió una renta de 1.20 con los perseguidores y 2.40 sobre el pelotón a falta de un maratón (42 kilómetros), donde tiraba el Movistar oliendo una llegada escarpada propicia para Alejandro Valverde.

Entre curva y curva Fraile sufría y el resto perseguía, todos contra el calor, ajenos al espectáculo natural del Cañón del Sil, un regalo para la vista. No fue suficiente la fe del solitario de Santurce, alcanzado por Zeits, Frank y Bakelants a 19 de Luintra. Frank, suizo del IAM, cogió el testigo de Fraile y atacó como si no hubiese mañana, de la misma manera que Movistar seguía quemando sus naves para neutralizar la fuga con Castroviejo a los mandos, poniendo en fila india al personal.

Dani Moreno movió la teórica ficha ganadora para Movistar, pero el madrileño no contaba con que Simon Yates se le agarrase a rueda. Y mucho menos con un ataque demoledor que lo dejó seco. También al suizo Frank, superado a 3,7 de meta. A partir de ahí coser y cantar para el ciclista británico, el hombre que pidió permiso para intentar la hazaña. El sí de Stephens valió la pena. Yates, quien sufrió una sanción de 4 meses por dopaje tras la París Niza, se estrenó en una prueba grande con brillantez. Antes se lució en el Gan Premio de Ordizia.

Este viernes se disputa la séptima etapa entre Maceda y Puebla de Sanabria, de 158,5 kilómetros.