A sus 25 años, Demi Lovato ha recorrido un largo camino hasta dejar atrás los peores momentos de su adolescencia, en los que los desórdenes alimenticios y las adicciones estuvieron a punto de costarle la vida.

En la actualidad, la cantante apuesta por una dieta sana y una intensa actividad física para sentirse lo más sana posible, lo cual no quita que ella también sea humana y tenga algunos defectos que, sin embargo, ha aprendido a aceptar.

«Estrías y un poco de grasa de más… y aun así todavía me quiero a mí misma», escribió la artista como título de un boomerang en el que se le ve pellizcando un casi inapreciable gordito en su barriga. También publicó otro en el que aparece posando de espalda al espejo en ropa interior y meneando el trasero.

Otra frase similar la sentenció junto a otra selfie en la posaba mostrando orgullosa cómo la cara interna de sus muslos se toca cuando junta las piernas, en contra de la absurda moda que en los últimos tiempos dicta que lo atractivo es justo lo contrario.

La intención de la artista al publicar estas imágenes es no contribuir a la presión que las redes sociales ponen sobre sus usuarios más jóvenes, al fomentar unos cánones de belleza imposibles a base de filtros y photoshop.

«El boomerang me ha alisado las piernas, pero la cuestión es que yo también tengo celulitis, como el 93 por ciento del resto de las mujeres», ha explicado a todos sus seguidores para motivarlos a no compararse con los influencers u otros profesionales de los medios. «Lo que se ve en Instagram no siempre es lo que parece. Aceptemos nuestro verdadero yo», concluye la estrella, que por otra parte disfruta mucho al compartir selfies en posturas complejas.