Una red de traficantes sospechosa de haber introducido 166 migrantes en el enclave bajo administración española de Melilla (norte de Marruecos) fue desmantelada por la Policía española, indicó a la AFP un portavoz de la Guardia Civil.

Siete españoles y un marroquí fueron detenidos el 8 de marzo, aunque no se informó al respecto hasta este miércoles una vez levantado el secreto de la instrucción judicial, señaló este portavoz de la Guardia Civil en el enclave.

«La organización ha podido introducir de forma ilegal a 166 personas, todas ellas de procedencia subsahariana, por los que habrían obtenido unos ingresos superiores a los 300.000 euros«, escribió en un comunicado la Guardia Civil.

Un español de 31 años es el supuesto líder de esta red en Melilla, mientras que un marroquí de 38 años trabajaba para él al otro lado de la valla que marca la frontera entre el enclave y Marruecos.

Los otros españoles detenidos -entre ellos un menor de edad y una mujer– vivían en el enclave.

La investigación se lanzó en septiembre cuando la Guardia Civil constató un aumento en el número de llegadas de migrantes clandestinos a Melilla.

Para entrar por el mar, cada migrante debía pagar alrededor de 1.500 euros para ser transportado hasta la costa a bordo de una embarcación ultra-rápida y ser ocultado entre las rocas del espaldón del puerto comercial, según los investigadores.

Otros cruzaban la frontera por vía terrestre, escondidos en dobles fondos de vehículos. Los traficantes «solían introducir en cada vehículo a tres personas cobrándoles a cada uno de ellos 4.200 euros», añadió el comunicado.

Los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, en el norte de Marruecos, constituyen las únicas fronteras terrestres entre África y Europa. Los migrantes intentan regularmente introducirse en ellas con la esperanza de acceder a la Unión Europea (UE).

Un centenar de africanos logró el martes entrar al enclave de Melilla, saltando la triple valla fronteriza que la rodea, equipada en algunos tramos con alambradas de cuchillas (púas).