El virtual candidato republicano, Donald Trump, ha abierto los brazos a los seguidores del derrotado aspirante presidencial demócrata, Bernie Sanders, después de que Hillary Clinton se haya convertido en la primera mujer con opciones de ser presidenta de Estados Unidos.
«A Bernie Sanders no debe de gustarle mucho la deshonesta Hillary después de la forma en la que lo ha engañado. Muchos de sus seguidores, por el tema del comercio, vendrán a mí», predijo hoy en su cuenta de Twitter el magnate, que ya tiene los delegados necesarios para asegurarse la candidatura republicana.
De esta forma, Trump puso de relieve el punto en común que tiene con Sanders, el rival de Clinton en las primarias y que por ahora se niega a abandonar su campaña pese a que Clinton es ya la virtual candidata presidencial demócrata.
Trump y Sanders se sitúan en extremos ideológicos opuestos pero a ambos les une la oposición a los tratados de libre comercio como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) y el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), acordado en febrero pasado por doce naciones que representan casi el 40 % del PIB mundial.
Durante meses, Trump ha sugerido que podría ganarse a los votantes de Sanders debido a que ambos responsabilizan a los tratados de libre comercio de la pérdida de millones de empleos en las fábricas de Estados Unidos.
Trump, el único candidato que resta en la contienda republicana, se impuso el martes en los estados de Nueva Jersey, Nuevo México, Dakota del Sur, California y Montana, ampliando así su cuenta de delegados para la convención del partido en Cleveland (Ohio) en julio, donde será elegido oficialmente como candidato.
Esa convención también servirá para coronar al que será el vicepresidente de Trump.
Precisamente, el magnate anunció este miércoles que ha acortado a cuatro o cinco su lista de posibles vicepresidentes, entre los que se incluyen dos miembros del Ejército y uno de sus rivales durante las primarias republicanas, según medios locales.
De esta forma, Trump elegiría a alguien con un perfil diferente al suyo y con el que podría tratar de captar a algunos miembros del Partido Republicano, que todavía se sienten incomodados por el magnate y sus continuas ofensivas racistas, la última contra el juez hispano Gonzalo Curiel.
Trump ha considerado que Curiel le trata de «manera hostil» por su propuesta para construir un muro entre México y EE.UU., de forma que, en opinión del magnate, el magistrado tiene «un conflicto de intereses» al ser un estadounidense nacido en Indiana (medio oeste del país) pero con padres mexicanos.
El juez Curiel investiga desde hace años las demandas por fraude contra la Universidad Trump, retratada en documentos judiciales como un negocio sin escrúpulos que presionaba a estudiantes pobres para que adquirieran cursos sobre negocios inmobiliarios y finanzas con matrículas de casi 35.000 dólares.
En documentos a los que accedió este miércoles Efe, el juez Curiel fijó una de las audiencias sobre el caso para el 22 de julio, justo después de la convención republicana que se celebrará entre el 18 y 21 de julio y en la que Trump será oficialmente elegido como candidato republicano para la Casa Blanca.
Los registros de las cortes federales muestran que, desde principios de la década de 1980, Trump ha sido demandado al menos 150 veces y la mayoría acabaron con final feliz para el magnate.
Esta vez las demandas de fraude, publicidad engañosa y falsas promesas de la Universidad Trump podrían agriarle la fiesta al candidato, no solo por las consecuencias judiciales sino por las repercusiones políticas que podría tener un juicio en plenas elecciones.