Mucho hablan de la boda los vecinos de Doria Ragland, la futura suegra del príncipe Enrique de Inglaterra, en Windsor Hills-View Park, enclave de los negros más ricos de Estados Unidos, donde abundan los caserones de arquitectura mexicana con jardines llenos de cactus y pitas.

«Es el tema número uno en este barrio», dijo a la agencia AFP Earl Hutchinson, autor especializado en derechos e historia afroamericana. «Ella es un poco como una hija, ella es conocida aquí, ha estado aquí. Sentimos que tenemos un interés personal [en la boda], casi un vínculo».

Markle nació y pasó sus primeros años en el valle de San Fernando, pero cuando su padre consiguió un trabajo como director de iluminación en estaciones de televisión en Hollywood, se mudaron a la ciudad donde estudió en una exclusiva escuela privada.

Y con su boda, la actriz que interpretó a una dura y sexy abogada en la serie «Suits» dará un toque moderno y buena dosis de glamour a la familia real británica.

Markel, divorciada como Wallis Simpson, cuyo matrimonio con el rey Eduardo VIII casi le cuesta la abdicación en uno de los mayores escándalos del reino británico, esta mujer de 36 años es una comprometida feminista y filántropa. Es además la primera mujer mulata en ingresar a la familia real, un dato que no pasa desapercibido en Windsor Hills-View Park.

«¿Quién hubiera pensado que una boda real británica a miles de kilómetros de distancia estaría conectada con Hills-View Park en Los Ángeles, que es visto como un barrio afroamericano principalmente?», se preguntó Hutchinson.

El promotor inmobiliario Jimmy Thurgood dijo que la gente de la zona estaba eufórica al descubrir que Enrique se casaría con una chica del barrio.

«Quiere decir que el príncipe con el que se está casando no cree en colores, sino en amor, que es lo que necesitamos no solo en Estados Unidos sino en el mundo», celebró Thurgood a la AFP, cerca de la mansión donde vivió la leyenda del jazz y el blues Ray Charles.

La boda real será a las 4:00 de la madrugada en hora de Los Ángeles, pero eso no impedirá a muchos ver la esperada ceremonia. Los preparativos para ver en enlace van por buen camino en Los Ángeles, con celebraciones planeadas en el icónico Teatro Chino de Hollywood y proyecciones en pantallas gigantes en bares británicos. Y Windsor Hills no será la excepción.

«Hay algunas fiestas, las señoras mayores ya están muy involucradas y las más jóvenes están ganando interés», dijo Petra Pavajeau, una vecina del lugar de 49 años, que aseguró que esa zona nunca mostró mayor interés en la familia británica hasta que Markle llegó a los titulares.

«Tal vez la princesa era lo que más llamaba la atención porque era una mujer generosa que pensaba en los otros. De resto no tenemos contacto alguno con la monarquía».

Desde Windsor Hills, con sus calles llenas de palmeras y los céspedes perfectamente cortados, se tiene una vista maravillosa de la ciudad. Aquí vivieron varias celebridades negras, incluidas Ike y Tina Turner, la leyenda del baloncesto Magic Johnson y el aclamado cineasta Charles Burnett.

La clase media negra de la ciudad se mudó a este barrio en los 50 y 60, después de la abolición de las leyes de segregación residencial, para seguir el «sueño americano», asegura Pavajeau.

Y si el resto del mundo envidia a Markle por su cuento de hadas, Pavajeau resalta la suerte del príncipe.

«Es extraordinario que la realeza entienda de diversidad, la asuma. Ella parece ser una muchacha exitosa, bella, inteligente, con los pies en la tierra. Él tiene suerte de tenerla, proviene de un barrio maravilloso», concluyó.