Mikel Arteta. El símbolo de la esperanza y del renacimiento en Arsenal. Llegó en 2019 y le ha dado dos títulos al equipo: uno en la FA Cup (2019-2020) y otro en la Community Shield (2020), pero a los gunners les falta la máxima gloria de Inglaterra: la Premier League, torneo que no ganan desde la temporada 2003-2004, con el famoso título invicto que lleva en gran parte el rostro de Thierry Henry.

En épocas de crisis parece que siempre es menester acudir al núcleo de la identidad de aquello que está en jaque. El español se retiró en 2016 como jugador en el Arsenal y tres años después asumió su rol como entrenador para reemplazar a Unai Emery. Fueron años de quiebre, pues el cuadro londinense estaba obligado a reinventarse luego de dos décadas bajo la dirección de Arsène Wenger.

Entonces, nadie mejor que Arteta para buscar nuevamente la identidad de Arsenal, para devolverle el juego vistoso. Aunque los años pasaron y los gunners no lograban ganar la Premier, siempre estuvo la certeza de sintonizar un partido de los londinenses y saber que habría pasajes de toques, triangulaciones y transiciones que hacían del fútbol un buen espectáculo. La estética en el Emirates nunca fue solo por su arquitectura.

En una entrevista para Marca, en 2019, Arteta habló sobre la filosofía de su juego: “Llevo el juego posicional de fábrica, del Barça. Allí me convencieron de que era la mejor forma de jugar y he sido yo el que debía convencerles en otros equipos de que ése era el camino. Ofensivamente, el juego posicional es in-ne-go-cia-ble. Luego, presionar alto, ser intenso tras pérdida, jugar con la línea alta, en campo rival… Sí, pero el matiz te lo da la característica del jugador”.

Casado con una idea, pero no radical con ella. El español de 40 años sabe que los conceptos son la base, pero estos se adaptan a los jugadores, razón por la cual su modelo se mantiene, pero esto no lo hace inamovible, sino adaptable a los futbolistas con los que cuenta. Y esta temporada eso se ha demostrado con una aplicación muy precisa en nombres como Oleksandr Zinchenko, Martin Ødegaard, Bukayo Saka o Eddie Nketiah.

La estética lo acompaña, pero también los números. Mikel Arteta lleva 158 partidos como técnico de Arsenal, de los cuales ha ganado 93, ha empatado 24 y ha partido 41, dejando también un saldo de 282 goles a favor y 164 en contra. Esta temporada, los gunners son primeros con 50 puntos, producto de 16 triunfos, dos empates y una derrota. Le llevan cinco puntos de ventaja a Manchester City, que es segundo, pero los londinenses tienen un partido menos.

Justamente Pep Guardiola, técnico del City, que cuenta con un Haaland que es una auténtica fábrica de goles, dijo semanas atrás que: “El Arsenal lo está haciendo brillante. ¡Mejor que nosotros! Si siguen así pueden llegar a los 100 puntos y no podremos luchar contra ellos”. Una gran prueba tienen justamente los dirigidos por Arteta, pues este viernes 27 de enero se enfrentarán contra Manchester City por la FA Cup, esto a dos semanas de que se vean las caras en la Premier, en lo que será un partido clave para las aspiraciones al título.

Sueñan los nostálgicos. Algunos lo hacen con tanto fervor y fe que hasta creen que la Reina Isabel II, que falleció el año pasado, influirá para que los designios jueguen a favor del Arsenal y vuelvan a alzar el título de la Premier tras 19 años, cuando aquel equipo dirigido por Wenger logró lo que difícilmente alguien podrá repetir: ganar la liga sin haber perdido un partido. ‘Los invencibles’, como se les llamó a los que ganaron el campeonato en la temporada 2003-2004, contó con nombres como Thierry Henry, Patrick Vieira, Ashley Cole, Robert Pirés, Dennis Bergkamp, Gilberto Silva, entre otros. Aquel equipo alcanzó la cifra de 49 partidos invictos, que se rompió en octubre de 2004 al perder con Manchester United.