Darle la espalda de manera pública a un ser querido es uno de los momentos más difíciles por los que una persona podría pasar. Más aún si esa persona es el padre o familiar cercano. El rey Felipe de España no tuvo más remedio que hacer eso con su padre, el rey emérito Juan Carlos I. Hace unos días el monarca de la corona española emitió un duro comunicado en el que renuncia a la herencia paterna y le retira la pensión anual de 194.232 euros a su papá. No es el primer momento difícil por el que debe atravesar Felipe VI por cuenta de su familia, en 2015 le debió quitar el título de duquesa a su hermana, la infanta Cristina. 

La renuncia a la herencia tiene un carácter simbólico, pues legalmente solo se podrá aplicar cuando se ejecute el testamento; sin embargo, la retirada de la asignación sí es de aplicación inmediata.  Pero el rey estaba en la sin salida. Aunque desde hace varios años se rumora sobre el aumento sospechoso de las finanzas de Juan Carlos I, fue el domingo cuando el diario suizo Tribune de Gèneve publicó que Juan Carlos recibió, en 2008, 100 millones de dólares del rey Abdalá de Arabia Saudita, en una cuenta en Suiza de una fundación panameña. Y el periódico británico The Daily Telegraph indicó de su lado este sábado que Felipe VI era también beneficiario de esa fundación, que había recibido una donación de 65 millones de euros de las monarquías árabes. 

La Casa Real insistió en que Felipe VI afirma no haber tenido conocimiento ni prestado consentimiento en activos o estructuras financieras «cuyo origen, características o finalidad pudieran no estar en plena y estricta consonancia con la legalidad o con los criterios de transparencia, integridad y ejemplaridad». Pero hoy, en plena crisis del coronavirus, la corona está más desprestigiada que nunca y los españoles temiendo una difícil situación económica en los próximos días, exigen conocer el origen de la fortuna de Juan Carlos I. 

La Fiscalía Anticorrupción ya investiga el caso de las dos fundaciones creadas en Suiza por Juan Carlos I. Y aunque la investigación no daría resultados penales, ya que las leyes establecen que el rey era inviolable durante su mandato, pero permitiría conocer lo ocurrido con sus bolsillos y sacará a la luz episodios de su vida privada. ¿Por qué? Resulta que en este escándalo está metida hasta el cuello una examante del rey emérito: Corinna zu Sayn-Wittgenstein, a quien acusan de hacer estallar este escándalo como venganza contra el que fuera su «amigo especial» durante muchos años.

Pero los españoles están furiosos. Y así se lo hicieron saber al Rey.  Vecinos de algunos barrios de Madrid hicieron sonar sus cazuelas durante el discurso del rey Felipe VI para pedir que la supuesta fortuna de su padre se done a la sanidad para hacer frente al coronaviorus. Esta reivindicación, organizada en los balcones de las casas durante el confinamiento por la pandemia, se convocó a través de mensajería instantánea y redes sociales y tuvo un seguimiento desigual.

Esta iniciativa se une a varias recogidas de firmas organizadas en la plataforma Change.org, que piden que esos fondos pasen a ser dinero público. Dos peticiones diferentes, bajo los títulos «Destinar la herencia de Felipe VI y la asignación del Rey Emérito a la Sanidad Pública» y «Felipe VI, exige a tu padre que transfiera el dinero de Suiza a Sanidad» acumulan cada una alrededor de 160.000 firmas.

Vidas privadas

La vida extramatrimonial de Juan Carlos I nunca fue motivo de preocupación para los españoles. Durante años, las aventuras de alcoba del que fuera el jefe de Estado en España durante casi cuatro décadas (1975-2014) fueron vistas como algo divertido, que incluso inspiró varias portadas de las revistas de farándula y alguno que otro libro. 

«Las más bellas vedettes y las más espectaculares representantes del alto standing femenino español y extranjero pasaron por su cama, aunque tampoco despreció a mujeres más modestas», relataba el coronel Martínez, un exmiembro del Ejército español, cercano a la Casa Real y quien contó detalles íntimos del Juan Carlos I. «El Rey de las cinco mil amantes» se llama su obra, en la que revela que «Juanito siempre tuvo encuentros amorosos desde su primera conquista, a los16 años, hasta su vida adulta».

Hasta el 13 de abril de 2012 cuando España se enteraba de que el entonces rey, de 74 años, había sufrido una caída que lo mandó al quirófano por una ruptura de cadera. No fue lo único que se rompió, desde entonces su relación con los españoles quedó más que fracturada por varias razones: el rey se había ido de safari a cazar elefantes a Botswana en medio de la peor crisis económica que sufría el país en medio siglo y, además, se hizo pública una tormentosa relación con Corinna zu Sayn-Wittgenstein, una alemana muy conocida en los círculos reales europeos.

Ese día comenzó un doloroso camino que lo llevó hasta su abdicación, el 24 de junio de 2014 y su retiro de la vida pública real en mayo de 2019. El día que ascendió al trono, Felipe marcó la distancia con su papá, que le heredaba un cargo deteriorado y criticado. El caso Noos, sus aventuras y otros episodios dañaron la imagen de un hombre muy querida por los españoles por su papel decisivo en la transición de la dictadura del general Francisco Franco (muerto en 1975) a una democracia parlamentaria. Ese día el nuevo rey fijó criterios de actuación de los miembros de la Familia Real, en los que daba por sentado que sus actuaciones eran de naturaleza institucional.

Pero fue en mayo de 2019, cinco años después, que el rey español le dedicaba unas duras palabras a su progenitor: «Es preciso que las acciones del Rey se guíen por la ejemplaridad y la dignidida, por la integridad». Se sabría que tres meses antes Felipe VI habia tenido que acudir ante un notario público para desvincularse de los negocios de su padre. Algo que se supo por una carta de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, quien le anunciaba a Felipe que ella era la «primera beneficiaria de la fundación» (hoy bajo investigación) y Felipe era «el segundo». 

Los oscuros casos y la venganza de Corinna

Y es que la Famila Real no se la puso fácil al rey: esta es una lista de todos los escándalos en los que han estado implicados y por los que Felipe VI ha tenido que dar la cara. Como la tendrá que dar, de nuevo, en esta oportunidad, en la que hay una mezcla de odios, desamores y ambición.  

La amiga del Rey emérito, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, asegura que Juan Carlos I cobró comisiones por mediar en la construcción del AVE a La Meca. Los ingresos percibidos por el monarca serían la mitad de los 100 millones que presuntamente abonaron las empresas españolas por hacerse con la adjudicación. 

Según unos audios revelados, el Rey emérito habría jugado un supuesto papel en el caso Nóos que terminó con la condena e ingreso en prisión de su yerno Iñaki Urdangarin. Según la amante alemana, Juan Carlos I telefoneó en varias ocasiones delante de ella y pidió que se suscribieran contratos con el citado instituto. Corinna zu Sayn-Wittgenstein no se ha guardado nada, también aseguró haber sido utilizada por el Rey emérito para ser su testaferro. 

Ahora sí que, «Dios salve al Rey» porque nadie más parece poder ayudarlo…