El estilo del técnico argentino ha calado perfectamente al del Atlético de Madrid, un club sufrido, pero guerrero. Así como Diego Pablo Simeone tuvo que jugar con los colchoneros en una época difícil en la que las cosas no salían bien, y a pesar de eso él era líder y quien le ponía el pecho a la brisa. Así como él lo daba todo dentro de la cancha, luchaba y metía hasta el minuto final, esa misma intensidad se la pide a sus jugadores. Y ellos le han entendido el mensaje, sienten que la manera perfecta de jugar es sudando la camiseta y “muriendo” en cada partido. “A morir, los míos mueren; no le tienen miedo a la muerte», es una de la frases de Diego Pablo Simeone.

“Sé que mis jugadores las juegan bien, porque es a morir. Sabemos que somos peores a otros equipos por jugadores, sabemos que lo somos, es nuestra virtud, el día que pensemos que somos mejores, nos meten cuatro”, dice el argentino, a quien en Europa tildan como el hombre que encontró la fórmula contra el tiqui taca, pues en esta edición de la Champions League dejó en el camino al Barcelona y al Bayer de Múnich.

Pero para Simeone la clave del éxito de los suyos está en que él y su cuerpo técnico transmiten una idea y tuvieron “la suerte de encontrar tipos nobles”. “Tenemos más posesión, a todos (los entrenadores) les gusta, a mí no me gusta tanto porque creo que la posesión sirve para que el rival se acomode, si la posesión es para lastimar, me encanta. Es como las películas de acción o de amor, a mí me gustan las de acción”, describe.

Y acá los nombres no importan, lo que es relevante es que entiendan que para jugar en el Atlético es necesario el sacrificio. Es más importante dar la vida por el compañero que por uno mismo. Es más valioso para el hincha colchonero la actitud que la aptitud. Los limitantes económicos no han sido barrera para pelearle a los más fuertes. No ha habido gigante invencible para este equipo y en esta temporada sí que lo han demostrado.

“A veces no gana el mejor, sino el que está más convencido”, dice El Cholo. Y justamente su papel más importante como entrenador es el de convencer a sus jugadores que son buenos y que pueden ser mejores. En el Atlético hay estrellas, pero estas no brillan por sí solas sino que necesitan del reflejo de los demás para resplandecer. En un partido determinante puede salir un nombre como Saúl y dejar huella o bien puede aparecer un encopetado Antonie Griezmann y descrestar. Así mismo experimentados que pareciera que tuvieran la camiseta colchonera tatuada como Fernando Torres, Gabi o Diego Godín.

Por ahora el equipo madrileño espera rival en la final de la Champions, a tercera en su historia y segunda bajo el mando del Cholo Simeone. Hace dos años perdieron ante el Real Madrid, que podría volver a ser el cuadro que se crucen. Pero los jugadores del Cholo van a muerte y seguramente lo volverán hacer ante el rival que les toque en Milán, ciudad que recibirá la gran final del torneo de clubes más importante del mundo.