El primer ministro de Eslovaquia, el socialdemócrata Robert Fico, presentó su renuncia en medio de un escándalo de corrupción por los supuestos vínculos entre altos funcionarios del gobierno y la mafia italiana.

La renuncia de Fico es apenas el último capítulo del caso que le costó la vida al periodista Jan Kuciak, quien fue asesinado a tiros junto a su novia mientras trabajaba en una investigación que fue publicada póstumamente.

“Los italianos vinculados a la mafia encontraron un segundo hogar en Eslovaquia”, escribió Kuciak quien además denunció que la influencia de la mafia italiana llegaba hasta el primer ministro y había logrado la malversación de fondos de la Unión Europea destinados para el desarrollo agrícola.

El asesinato de Kuciak desencadenó una crisis política que incluyó la renuncia del ministro de Cultura, Marek Madaric, en protesta por el crimen y multitudianrias manfiestaciones callegeras que bajo el eslogan «Levantémonos por una Eslovaquia decente» q llegaron a convocar a 30.000 personas el pasado 9 de marzo.

Antes de la renuncia del primer ministro, el fiscal Vasil Spriki, encargado de investigar el asesinato de Kuciak, denunció al ministro del Interior, Robert Kalinak, por intentar sabotear las pesquisas. La presión en contra del ministro Kalinak llegó al máximo cuando el partido Most Hid, uno de los pequeños socios de la coalición que gobierna Eslovaquia, amenazó con dejar la alianza política si Kalinak no renunciaba a su puesto.

Aun con la salida del ministro del interior, la crisis política seguía viva y los liberales del partido Sas, y los conservadores de OlaNo, planeaban sacar adelante una moción con el fin de derribar al Gobierno.

La tarea no era sencilla: ambos partidos sumaban 40 votos de los 76 que necesitaban en una votación y para o cual tendrían que convencer al menos a dos de los partidos que forman la coalición de Gobierno: una propuesta no tan descabellada para los miembros del Most-Hid, que ya habían pedido la dimisión del ministro del interior, y los nacionalistas del SNS, otro de los partidos de la coalición que había anunciado que abandonaría el gobierno si no se convocaban elecciones anticipadas.

El martes 13 de marzo, al este de Eslovaquia se efectuó la captura de Antonio Vadala, acusadolas autoridades italianas por el delito de tráfico de drogas y quien, según la investigación periodística de Kuciak, tenía vínculos con Maria Troskova, ex asesora personal del primer ministro eslovaco.

La renuncia de Fico fue aceptada, tanto por los socios nacionalistas de la coalición, como por la minoría húngara del Most-Hid, lo que podría significar que su partido, el social demócrata, podrá conservar la mayoría parlamentaria hasta el final de la legislatura, en marzo de 2020.

«Mi decisión ha estado motivada por el deseo de evitar el caos y asegurar la estabilidad», dijo Fico a la cadena TA3 tras entregar su carta de dimisión. A pesar del escándalo, Fico conservará su cargo como líder del partido socialdemócrata y continuará moviendo los hilos del poder que quedó en manos del uno de sus copartidarios, el vice primer ministro Peter Pellegrini.