Dicen algunos especialistas, con argumentos muy sólidos, que el ciclismo colombiano está en cuidados intensivos y que no hay futuro. Otros, más optimistas, admiten que hay problemas y una etapa de renovación, pero que no hay razones para preocuparse.

Y al ver el desenlace del Campeonato Nacional de Ruta, que terminó este domingo en Bucaramanga, hay una sensación de esperanza. Aunque en todas las pruebas y categorías el ambiente fue maravilloso, el espectáculo en la competencia élite de fondo estuvo a la altura de los de las grandes naciones de Europa.

Fue un duelo intenso entre generaciones que terminó con un podio a la altura de las grandes vueltas: Esteban Chaves, Daniel Felipe Martínez y Nairo Quintana en los tres escalones de la jornada, que además tuvo como protagonistas a Miguel Ángel López, Éiner Rubio y Sergio Higuita, entre otros.

Al final, “el Chavito”, la sonrisa del ciclismo, fue el que más piernas tuvo y pudo celebrar un título especial, grande, que seguramente recordará tanto como el subcampeonato del Giro de Italia o el tercer lugar de la Vuelta a España, porque a sus 33 años demostró que sigue vigente y tiene cuerda para rato.

Y es que su carrera no ha sido fácil. Tuvo una delicada cirugía de plexo braquial, múltiples fracturas y lesiones, pero sobre todo una complicada mononucleosis que estuvo a punto de sacarlo de las carreteras. Pero con perseverancia y disciplina, dio la batalla y volvió a ser protagonista de primer nivel.

Ayer, luego de su contundente ataque a siete kilómetros de la meta y coronarse por primera vez campeón nacional, no pudo contener las lágrimas. La felicidad que siempre transmite fue más genuina que nunca, así como el agradecimiento con la gente que lo ha apoyado.

“Le dedico este triunfo a todo el país. Han sido tantas las personas que me han ayudado, que se merecen esto, que no alcanzaría a nombrarlas a todas, pero claro que por encima está mi familia, mi mujer, el doctor Sandoval, quien salvó mi carrera deportiva, a ‘Parlante’ Agudelo”, dijo.

“Lo que hemos vivido esta semana en Bucaramanga ha sido fabuloso. La gente en los últimos 10 kilómetros estuvo impresionante, nunca había escuchado tanto mi nombre. Fue un espectáculo que confirma lo hermoso del ciclismo y lo grande que es en Colombia”, agregó.

La victoria fue una especie de revancha por lo que pasó el año pasado, cuando terminó segundo en la crono y tercero en la prueba de fondo de los Nacionales de Pereira. “Pero no pienso en eso, sino en el orgullo de poder lucir la camiseta de campeón nacional durante toda la temporada; eso va a ser muy bonito”.

Sobre la carrera y el duelo que libró con Martínez, Quintana, López, Higuita y compañía, aseguró que “fue como un juego de póquer. Me favoreció haberme reservado un poco los primeros 150 kilómetros y al final ataqué en el repecho que tocaba. Es un triunfo que me cae muy bien, me motiva para seguir aspirando a cosas grandes y justifica tantos esfuerzos míos, de mi familia y del equipo; un triunfo que recordaré de manera muy especial”.