El presidente de Bolivia, Evo Morales, cumplirá el lunes doce años de gobierno en un clima de fuerte agitación opuesta a su deseo de ser reelegido hasta 2025 y con su popularidad fuertemente dañada, según un sondeo difundido este domingo.

Morales se vio beneficiado a fines del año pasado por un fallo del Tribunal Constitucional que dio luz verde a su nueva candidatura a la presidencia, pese a lo resuelto en un referéndum popular que en 2016 le negó en las urnas esa posibilidad.

Una encuesta este domingo de equipos Mori, por encargo de El Deber de Santa Cruz, estableció que «siete de cada 10 encuestados consideran que no debe ser candidato en 2019 y una cifra similar está en contra del fallo» del tribunal constitucional.

Según el sondeo, Morales recaba «un respaldo del 34%, 24 puntos menos de los que tenía en enero de 2017″.

De cara a la celebración oficial por los doce años de mandato continuo, el más largo en la historia boliviana, sobre Morales pende un ultimátum de organizaciones civiles, que se cumple el lunes, para que desista de postularse nuevamente, bajo el riesgo de desatar una huelga nacional.

Estas organizaciones piden que se derogue un flamante código penal, al que consideran insuficiente, así como la renuncia del mandatario a su postulación para un nuevo mandato entre 2020 y 2025.

Si estas condiciones no son cumplidas por Morales, las organizaciones civiles amenazan con lanzar un paro nacional con bloqueo de rutas.

Morales consideró que detrás de la agitación social y política que vive Bolivia -que comenzó en diciembre con una huelga de médicos durante 47 días- hay una «conspiración de grupos de derecha» para impedir su cuarta reelección.

El presidente, de 58 años, llegó al poder en enero de 2006 y ganó holgadamente tres elecciones presidenciales consecutivas.

Sin embargo, en febrero de 2016 perdió por escaso margen un referendo en el que buscaba habilitar su reelección para el período 2020-2025.