El festival de Venecia arranca este miércoles con un viaje íntimo y lleno de desafíos en el filme «First Man» (El primer hombre en la luna) del estadounidense Damien Chazelle, con Ryan Gosling en el papel del astronauta Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna.

Con las pocas imágenes existentes del histórico descenso en  julio de 1969, dominada por el respiro y los silencios de quien sabe que cumple una misión única, el filme combina todos los elementos para llegar a ser un éxito de taquilla: desafíos, dolor, competición, sueños, poder y hasta las protestas que marcaron esos años.

«Es increíle hoy en día que se tenga de ese hecho tan poca película: una directa por televisión, llena de granos, en blanco y negro y de baja definición«, reconoce en una charla con la prensa italiana el joven realizador, de 33 años, quien inició hace dos años su triunfal carrera en Venecia con la comedia musical  «La la land«, ganadora de seis Óscar.

El filme, que abre la competición en Venecia, reconstruye los sentimientos de un piloto reflexivo y reservado, el comandante del Apolo 11.

«Quería que el espectador se sintiera en la Luna, en una realidad virtual o que se metiera en las botas de Armstrong, cumpliendo esos pasos en primera persona», confiesa el cineasta.

Y son justamente esas botas, sobre esa superficie desconocida para la humanidad, que emocionan, suscitan extrañeza y temor ante lo que puede generar ese instante y que cientos de millones de personas en el mundo pudieron ver en directo.

Basada en la novela de Hames Hansen y producida entre otros por Steven Spielberg, con pocos efectos, el vuelo a la Luna es también un reto físico, de preparación, una experiencia casi claustrofóbica.

La Luna sin internet

«Fue un viaje analógico, manual«, reconoce el cineasta, que al reproducir esos años en pleno siglo XXI dominado por la velocidad de internet y lo digital, parece en efecto un viaje artesanal, mucho más difícil del realizado por Cristóbal Colón cinco siglos antes.

El director, que desfilará en la noche por el legendario tapete rojo del Lido veneciano al lado de su actor fetiche, compite junto con otros 20 filmes dirigidos por cineastas de la talla de los hermanos Ethan y Joel Coen, el mexicano Alfonso Cuarón, el inglés Paul Greengrass, quienes lanzan sus últimas obras desde la gran vitrina veneciana.

El habitual desfile de estrellas durante los diez días de la Mostra está garantizado por la irreverente cantante Lady Gaga, además de numerosos personajes como Joaquin Phoenix y Emma Stone, entre otros.

Bajo imponentes de seguridad, con espacios cada vez más amplios y adecuados, el festival festeja su 75ª edición con una larga lista de invitados gracias a una inédita alianza con Netflix, Hollywood y el cine latinoamericano.

Durante el gala de este miércoles en el Palacio del Cine será entregado  el León de Oro a la trayectoria para la comprometida actriz británica Vanessa Redgrave ( «Blow up, «Mary Stuart, Reina de Escocia», «Julia»).

El mismo galardón será otorgado durante el festival al cineasta canadiense David Cronenberg («The Fly», «A History of Violence»).

El año pasado, «La forma del agua», el cuento de fantasía del mexicano Guillermo Del Toro, obtuvo una doble victoria, ganando el Oscar como la mejor película después de haber alcanzado el León de Oro.

El cine latinoamericano, invitado especial en muchos eventos, iniciará con la proyección fuera de concurso del filme «Mi obra maestra» del argentino Gastón Duprat y «José» del chino radicado en Guatemala Li Cheng, que abre este miércoles la sección llamada Jornada de los Autores.