Francia, entre los países con más días de escuelas abiertas durante la pandemia, vivió una importante huelga de profesores, pues ellos están cansados de la gestión gubernamental de la crisis sanitaria, a tres meses de las elecciones presidenciales. Con motivo de ello, alrededor de 77.500 personas se manifestaron en todo el país, 8.200 de ellas en París, según el Ministerio de Interior, que registró 136 movilizaciones en toda Francia.

“Se está expresando el enfado. Hay un sentimiento real de frustración y el Gobierno tiene que darse cuenta de ello”, alertó a la AFP Guislaine David, líder del sindicato de maestros mayoritario en primaria, Snuipp-FSU.

Desde el 3 de enero, día en el que se dio el regreso a las clases tras la pausa por las fiestas de fin de año, el Gobierno anunció hasta tres protocolos diferentes en las escuelas, exasperando a los maestros y recabando las críticas de la oposición. “Estamos en el 30º protocolo desde el comienzo de la crisis sanitaria”, lamentó Vanessa Cognet, directora de una pequeña escuela rural en Châteldon (centro), denunciando que las nuevas instrucciones llegan un día antes tarde en la noche.

Y es que el lunes por la noche, el primer ministro, Jean Castex, anunció el último protocolo, ligeramente más flexible para calmar los ánimos, pero los maestros mantuvieron la huelga, con el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, en la mira.

Cuando se detecta un caso positivo en una clase, el resto de alumnos deben realizar hasta tres autotest en casa para continuar asistiendo al colegio, sin necesidad de someterse a una primera prueba de antígenos o PCR, como se hacía anteriormente.

Las medidas anteriores habían provocado largas colas ante farmacias de padres, que en muchos casos abandonaron su trabajo para someter a un test a sus hijos, para que pudieran volver al día siguiente a clase en caso de dar negativo.

Casi 12 millones de pruebas de diagnóstico se realizaron así la semana pasada, un alza del 44 %, según el ministerio de Sanidad. El aumento más significativo fue en el grupo de menores de 16 años, que pasó de 1 a 3 millones de media.

Francia, con 67 millones de habitantes, registra un aumento de casos de COVID-19 por la variante ómicron. El promedio de contagios diarios en los últimos siete días fue de 287.603, lo que marca un aumento frente a la media de 198.200 en la semana anterior.

“Las familias no entienden nada”

Ante la situación, la mayoría de sindicatos secundaron el llamado del Snuipp-FSU, que cifró en 75 % el porcentaje de maestros de primaria en huelga. El ministerio de Educación anunció, por su parte, un seguimiento del 38,5 %.

El primer ministro se reunió con los sindicatos por la tarde. “Lo que le hemos pedido hoy [a la oficina del primer ministro] no es una reunión simbólica, sino el inicio de una verdadera negociación para tener respuestas rápidas sobre la vertiente sanitaria, con más sustituciones y una revalorización de los sueldos”, advirtió antes de dicho encuentro el secretario general de la federación del sindicato Force Ouvrière para la enseñanza, Clément Poullet.

A pesar de que la huelga implica que los progenitores busquen soluciones para cuidar de sus hijos, recurriendo al teletrabajo o a niñeras cuando pueden, la principal federación de padres de alumnos, FCPE, apoya la protesta. “Las familias no entienden nada (…). Tenemos la impresión de que lo que se busca es una inmunidad colectiva. El protocolo actual no permite proteger a los niños”, dijo a la AFP Alice Gregorio, responsable de la FCPE en el noreste de París.

La huelga podría afectar a la imagen del presidente francés, Emmanuel Macron, que todavía no confirmó su esperada candidatura a la elección presidencial de abril, y cuya estrategia pasa por mantener abiertas las escuelas durante la pandemia.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Francia cerró 34 días los colegios de primaria de enero de 2020 a mayo de 2021, menos que México (214), Brasil (178), Colombia (152), Chile (98) o España (45).

“Pueden decir que las escuelas estuvieron abiertas, pero solo la mitad de las clases estuvieron llenas”, aseguró Gregorio, para quien la crisis del coronavirus agravó la ya persistente falta de recursos de personal y materiales en las aulas.

Brice Tenturier, politólogo de Ipsos, indicó a la AFP que los franceses tienen hasta ahora una buena imagen de la gestión del gobierno de la crisis, pero advierte que, si la huelga es masiva, “este equilibrio podría romperse”.

Los eventuales rivales de Macron en la presidencial, de la izquierda radical a la extrema derecha, no tardaron en cargar contra su gestión, que provocó, según la derechista Valérie Pécresse, “un desorden y caos generalizado en la escuela”.