Delegados del gobierno de Venezuela llegaron la noche de este domingo al sitio donde estaba prevista una reunión con la oposición para explorar un diálogo que busque una salida a la crisis política, a instancias del Vaticano.
La canciller Delcy Rodríguez y los dirigentes Jorge Rodríguez y Elías Jaua posaron brevemente ante las cámaras al entrar al Museo Alejandro Otero, en La Rinconada, en las afueras de Caracas, sin dar declaraciones; mientras que aún no acudían los dirigentes de la oposición.

El secretario general de Unasur, el expresidente colombiano Ernesto Samper, también ingresó al museo.

Una bandera de Venezuela fue colocaa al lado de otra del Vaticano y de Unasur, detrás de la mesa de conversaciones, por ser los facilitadores de un diálogo entre gobierno y oposición.

Representantes de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aún no llegaban al sitio y este domingo no habían sentado posición sobre el encuentro.

Ambas partes habían ratificado el sábado la cita con el acompañamiento del emisario del papa Francisco, Emil Paul Tscherrig, y una mediación internacional encabezada por el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.

El presidente Nicolás Maduro había confirmado que asistiría a la exploración del diálogo y por ese motivo canceló su participación en la Cumbre Iberoamericana, que se celebró el sábado en Cartagena.

Este domingo, el mandatario compartió en Twitter un video con fragmentos de un discurso que pronunció ante partidarios esta semana: «Voy a asistir a la mesa de diálogo nacional, porque yo quiero el diálogo por la paz del país«.

Sobre la medianoche del sábado, el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, había confirmado la asistencia a la reunión, aunque reconoció que existía un clima de «escepticismo y desconfianza».

El sábado, quince partidos de la MUD hicieron pública una carta en la que sostenían que «no están dadas las condiciones» para dialogar.

Este domingo, la Iglesia católica llamó a «respetar el compromiso» de iniciar conversaciones este domingo y evitar así una «espiral de violencia que suma en un mayor sufrimiento» de los venezolanos.

«Es solo el camino del diálogo junto con el respeto a la Constitución y las leyes, y no el de la perenne confrontación, el que puede permitirnos encontrar alternativas de solución», señaló la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) en un comunicado.

Acusaciones mutuas

Previo a la reunión, las partes cruzaron acusaciones por la convocatoria de la oposición a marchar el próximo jueves hacia el palacio presidencial de Miraflores.

Rodríguez calificó ese llamado como una «locura» y reiteró denuncias sobre supuestos planes para «generar violencia» y precipitar un golpe de Estado.

«Ojalá que la oposición entienda el nivel de locura de esa manifestación (…) ¿Durante cuánto tiempo la gente de oposición seguirá aceptando propuestas de violencia y zozobra?», inquirió Rodríguez, durante una entrevista con la televisora privada Televen.

A la convocatoria opositora, el chavismo respondió citando a sus partidarios en la casa de gobierno el mismo día. «Vamos a estar esperando», advirtió el sábado el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz.

Uno de los principales líderes de la MUD, el excandidato presidencial Henrique Capriles, rechazó las palabras del funcionario, al tildarlas como una incitación a una «guerra en Miraflores».

«Tenemos (el) legítimo derecho de movilizarnos a cualquier dependencia pública a exigir (que) cumplan la Constitución», afirmó Capriles, quien el pasado miércoles lideró una marcha de cientos de miles de opositores en Caracas.

Las tensiones políticas arreciaron tras la suspensión del proceso de referendo revocatorio que la oposición impulsaba contra Maduro, por fallos judiciales que anularon un recaudo de firmas necesario para su activación.

A raíz de ello, el Parlamento de mayoría opositora denunció una ruptura del hilo constitucional y se dispone a declarar a Maduro en «abandono» del cargo por presunto incumplimiento de sus funciones.

Un control político no está previsto en la Constitución y, en todo caso, la justicia -según la MUD secuestrada por el gobierno- declaró en «desacato» a la Asamblea Nacional, por lo que sus decisiones son consideradas ilegales.

Según una encuesta de la firma Hinterlaces divulgada este domingo, 83% de los venezolanos está de acuerdo con un diálogo y 87% apoya la mediación del papa Francisco.

Venezuela sufre una severa crisis económica agravada por la caída del ingreso petrolero, con una severa escasez de alimentos y medicinas y la inflación más alta del mundo, proyectada por el FMI en 475% para 2016.