El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, dijo este viernes que mantendrá conversaciones con sus aliados de la OTAN acerca de «la agresión rusa en Ucrania», mostrando una postura más dura de la administración Trump hacia Moscú.

«Queremos tener una conversación sobre la postura de la OTAN en Europa, sobre todo en el este de Europa como respuesta a la agresión rusa en Ucrania y en otros lugares», declaró Tillerson a su llegada a Bruselas donde participará en su primera reunión de la Alianza Atlántica. 

Tillerson pedirá a sus aliados de la OTAN que aumenten sus gastos de defensa, una de las prioridades del Gobierno estadounidense, que considera que lleva demasiado tiempo cargando con una parte «desproporcionada» de los costes de la Alianza. 

Responsables del departamento de Estado indicaron, además, que Tillerson trabajará con los miembros de la OTAN para obligar a Rusia a cumplir con las obligaciones contraídas en los acuerdos de Minsk para poner fin a la guerra en el este de Ucrania.

En 2014, Moscú se anexionó la península ucraniana de Crimea y apoyó a los separatistas prorrusos del este de Ucrania en su lucha contra el Gobierno prooccidental de Kiev.

Las declaraciones de Tillerson tranquilizarán probablemente a quienes temían que el presidente Donald Trump estuviera más interesado en estrechar sus vínculos con su homólogo ruso Vladimir Putin que en apoyar a la OTAN frente a Moscú.

Los aliados de Washington recelaban de la voluntad de Trump de mejorar sus relaciones con Rusia en detrimento de su respaldo al Gobierno prooccidental de Ucrania o a los socios de la OTAN en los expaíses soviéticos del este de Europa.

Sus temores crecieron cuando Tillerson decidió no acudir al encuentro de la OTAN alegando varios compromisos, incluido un viaje a Rusia, antes de cambiar de opinión cuando la Alianza desplazó la fecha de su reunión al viernes.