El presidente y el primer ministro de transición en Malí, detenidos durante un golpe militar renunciaron este miércoles a sus cargos, indicaron en forma coincidente una fuente castrense y otra diplomática. El presidente Bah Ndaw y su primer ministro Moctar Ouane renunciaron ante la misión diplomática de mediación, que se trasladó este miércoles de mañana al campo militar de Kati, a unos 15 km de Bamako, señaló Baba Cissé, consejero especial del coronel Assimi Goita, al frente del golpe de Estado.

En realidad, habían renunciado antes de que la misión llegara a Kati, dijo a la prensa un miembro de la delegación de la Comunidad Económica de los Estados Africanos del Oeste (CEDEAO), bajo cubierta del anonimato. Además, hay representantes de la Unión Africana (UA) y de la misión de la ONU en el país (Minusma).

La delegación después se dirigió a las oficinas del coronel Goita, vicepresidente de la transición, con quien ya se habían reunido la noche anterior. “Volvimos a ver al vicepresidente para manifestarle nuestro desacuerdo”, indicó el mismo miembro de la delegación.

Los diplomáticos trabajan en respuesta a los actos de los coroneles, sometidos a una fuerte presión internacional y expuestos a sanciones. “Estamos aquí para ayudar a nuestros hermanos malíes a encontrar una solución a la crisis, pero debe quedar claro que la CEDEAO podría anunciar sanciones en una próxima cumbre”, dijo a la AFP un miembro de la delegación tras la entrevista con Goita.

Se trata del segundo golpe de Estado en nueves meses en este país clave da la región del Sahel, lo que generó una condena internacional y amenazas de sanciones.

Estados Unidos “considerará medidas contra líderes políticos y militares que impiden una transición civil a una gobernanza democrática”, dijo el vocero del departamento de Estado Ned Price. “Apoyamos al pueblo de Mali en sus aspiraciones de lograr democracia, paz, desarrollo y respeto a los derechos humanos”, añadió.

La UA pidió también la “liberación inmediata e incondicional” de los detenidos y el regreso a la transición política para que los civiles vuelvan al poder. El presidente Bah Ndaw, el primer ministro Moctar Ouane y otros altos funcionarios fueron detenidos el lunes por militares disconformes con la remodelación del gobierno. Goita los acusó de haber formado un nuevo gobierno sin consultarlo previamente, a pesar de que está a cargo de la defensa y la seguridad en un país en guerra y en crisis.

El Consejo de Seguridad de la ONU debe reunirse este miércoles a las 19h00 GMT a puertas cerradas para examinar la situación. Su secretario general, Antonio Guterres, llamó a la “calma” en Malí y pidió la liberación de los líderes civiles. Si la mediación africana iniciada el martes no tiene éxito, “sancionaremos a todos aquellos que impiden que el proceso de transición se desarrolle”, declaró igualmente el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian.

Las sanciones serán aplicadas por Francia pero también por “Estados africanos y el conjunto de los actores”, dijo Le Drian, cuyo país tiene en el Sahel, sobre todo en Malí, una fuerza de 5.000 efectivos para luchar contra los movimientos yihadistas.

Las autoridades de transición habían anunciado la organización en febrero-marzo de 2022 de elecciones presidenciales y legislativas. “El proceso de transición seguirá su curso normal y las elecciones previstas se celebrarán durante 2022”, dijo Goita en un comunicado leído en la televisión pública.

Goita y otros militares encabezaron un golpe de Estado que derrocó al presidente elegido democráticamente Ibrahim Boubacar Keita el 18 de agosto de 2020, e instalaron autoridades de transición. Los militares se comprometieron, bajo presión internacional, a devolver el poder a los civiles que resultaran electos después de 18 meses. Sin embargo, mantuvieron los hilos del poder.