Este miércoles se conoció que la base de datos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) llevaba semanas siendo asaltada informáticamente. Según denunció el presidente del organismo, Craig Reedie, en una entrevista en la radio británica BBC. El grupo de «hackers» ruso APT28, también conocido como Fancy Bears, se infiltró en la base de datos de la agencia y divulgó información relativa a varios deportistas estadounidenses, como la múltiple campeona olímpica en gimnasta, Simone Biles, las hermanas Serena y Venus Williams y la jugadora de básquet Elena Delle Donne.
«La AMA confirma que un grupo de espionaje ruso bajo el nombre Tsar Team (APT28), también conocido como Fancy Bear, obtuvo acceso ilegal a la base de datos del sistema ADAMS a través de una cuenta creada vía el Comité Olímpico Internacional para los Juegos de Río de Janeiro«, señaló en un comunicado. «El grupo accedió a información de los atletas, incluyendo datos médicos confidenciales en relación a los Juegos de Río como las excepciones terapéuticas aportadas por las federaciones internacionales y las agencias nacionales antidoping «, agregó el máximo organismo.
Los supuestos documentos colgados en la web denuncian las sustancias prohibidas que aparentemente ingirieron los atletas a partir de excepciones médicas y con fines terapéuticos. Por el ciberataque también reaccionó el Comité Olímpico Internacional (COI), que aclaró que ninguno de los deportistas señalados dio positivo de doping y criticó el accionar de los hackers.
Según los documentos revelados, las tenistas habían sido autorizadas a consumir el antiflamatorio metilprednisolona durante seis días. Pero Serena también fue habilitada para utilizar hidromorfona (un fármaco para el dolor) hasta marzo 2011. Más tarde, en 2014 el médico de la Federación Internacional de Tenis la autorizó para usar prednisolona. Por su parte, Venus recibió la autorización para consumir prednisona y triamcinolona, que impiden la liberación de las hormonas que causan inflamaciones, entre otras drogas prohibidas por la AMA.
Mientras que la gimnasta Simone Biles dio positivo en metilfenidato (medicamento utilizado para tratar a niños hiperactivos y con déficit de atención) el 11, 14, 15 y 16 de agosto de 2016, días en los que ganó las medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Antes de los Juegos y en pleno debate sobre la admisión de los deportistas rusos a Río 2016 tras el escándalo del Informe McLaren, la Agencia Mundial había relevado ataques piratas de Fancy Bear a sus archivos privados en búsqueda de informaciones sobre Yulia Stepanova, la atleta rusa que destapó el caso de dopaje de estado ruso. Según los expertos de Threat Connect que investigaron el caso el pasado agosto, estos piratas están relacionados con la Agencia de Seguridad rusa GRU. Además, se le atribuye el intento de sabotaje al Partido Demócrata estadounidense y de la campaña a la presidencia de Hilary Clinton.
Rusia niega relación con los hackers
Rusia negó cualquier relación con los hackers del grupo Tsar Team (APT28), alias «Fancy Bears», que piratearon la base de datos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y revelaron estos documentos. El ministro de Deportes, Vitali Mutko, indicó: «¿Cómo pueden decir que son piratas informáticos de Rusia? Acusan a Rusia de todo», exclamó, afirmando que su país también está muy preocupado ya que los hackers tienen las mismas informaciones sobre atletas rusos.
Mutko se encontraba este miércoles en Atenas para la elección del nuevo presidente de la Unión Europea de Fútbol (UEFA), como presidente de la federación, otro de sus cargos. «Nosotros también podemos ser víctimas», añadió, un día después de los datos confidenciales robados a la AMA. Según el ministro, el derecho ruso prevé una protección de los datos informáticos y toda persona acusada de pirateo informático puede ser perseguida por la justicia.