El nacionalismo hindú del primer ministro indio, Narendra Modi, ha dado un nuevo impulso estas semanas a su lucha contra la “yihad del amor”, la teoría conspirativa por la que acusan a los hombres musulmanes de engañar a mujeres hindúes para convertirlas al islam.

La teoría circula desde hace años entre el extremismo hindú, pero ahora, por primera vez, el estado norteño de Uttar Pradesh la ha plasmado en una ley que castiga con penas de diez años de cárcel los matrimonios interreligiosos cuya intención es cambiar la religión de la mujer.

Otros estados gobernados por el gubernamental Bharatiya Janata Party (BJP) de Modi -como Madhya Pradesh, Haryana o Karnataka- han anunciado ordenanzas similares.

Tristeza por la medida

“Es muy triste que hayamos llegado a esto en la India. No puedo creer que tengamos que hablar de estos temas ahora”, lamenta a Efe Neha Sethi, de fe hindú y casada con un hombre musulmán desde hace siete años, justo antes de la llegada al poder de Modi en 2014.

En un país en el que los matrimonios concertados siguen al orden del día, normalmente circunscritos a castas y clases sociales, las parejas interreligiosas unidas por amor no son ciertamente la norma. Pero en la multicultural India, donde conviven más de 1.300 millones de habitantes de todos los credos, tampoco son desconocidas y están incluso reguladas bajo la Ley de Matrimonios Especiales de 1954.

“Creo que ahora que los estados están legislando contra esto, se nos está arrebatando el derecho básico a elegir con quién casarnos”, dice Sethi de unas leyes que califica de “draconianas”.

Si la vida de un matrimonio interreligioso en la India en general no es fácil, la situación ha empeorado desde la llegada del hinduista BJP, sintiendo la presión, explica Sethi, de mostrarse al mundo como “una pareja perfecta a los ojos de la sociedad”.

Matrimonios bajo sospecha

El nacionalismo hindú representado por Narendra Modi, que ha sido acusado de dividir a la sociedad india y querer relegar a los más de 300 millones de musulmanes del país a ciudadanos de segunda clase, ha multiplicado en las últimas semanas las declaraciones y los gestos contra la “yihad del amor”.

Ha sido precisamente en Uttar Pradesh, estado gobernado por el polémico Yogi Adityanath, nombrado por Modi, donde la ordenanza “anti yihad del amor” ya es una realidad. Allí, según la televisión delhí NDTV, la Policía regional registró el pasado sábado la primera denuncia del padre de una joven hindú supuestamente forzada a convertirse por un musulmán.

Y todo bajo lo que muchos en la India denuncian como una conspiración sin fundamento, pero que, para sus defensores, cubre de sospecha a todos los matrimonios interreligiosos.

Surender Jain, secretario general de la organización conservadora Vishwa Hindu Parishad (VHP), que pertenece a la misma familia ideológica que el BJP, dice a Efe que los musulmanes “consideran a las mujeres como fábricas de producción” de niños.

“Así que si acaban con las fábricas de los hindúes atrayéndolas a su propia religión, consiguen dos cosas. En primer lugar, reducen la población de los hindúes, y además aumentan la población de los musulmanes”, afirma.

Jain, alto cargo de una de las organizaciones más beligerantes en la lucha contra la supuesta “yihad del amor”, afirma que solo deberían ser ilegales los matrimonios fruto de la coerción.

¿Son todos los matrimonios entre un hombre musulmán y una mujer hindú fruto de esta conspiración? “No”, dice Jain, pero sí “la mayoría de los casos”.

Por eso, explica, “hemos sugerido que todas las parejas interreligosas den un aviso de al menos un mes (antes de casarse), debería ser suficiente para probar que hay consentimiento”.

Infantilización de la mujer

Para la profesora de historia de la Universidad de Delhi Charu Gupta, que ha investigado las parejas interreligiosas en la India, los argumentos esgrimidos por la derecha conservadora revelan “una ansiedad sobre la capacidad de las mujeres hindúes de tomar decisiones”, explica a Efe.

Gupta ve por un lado una “clara infantilización” de las mujeres. Por otro, esta teoría de la conspiración “demoniza y marginaliza por completo al hombre musulmán”.

Y todo ello mientras las acusaciones proferidas por el nacionalista BJP no han sido probadas ante la ley.

“Se trata de una idea completamente fabricada”, explica a Efe N. C. Asthana, ex director general de Policía para el estado sureño de Kerala, donde apareció prácticamente por primera vez en el subcontinente indio en 2009 el término de la “yihad del amor”.

Según Asthana, la “yihad del amor” ya fue objeto de una investigación de dos años en el estado sureño, a finales de 2009 y cuando todavía se encontraba en servicio, en la que no se encontraron pruebas que apoyasen la idea de una conspiración.

“Al final, son decisiones individuales. Si son dos adultos que consienten a casarse, ¿quién tiene un problema con eso?”, sentencia.