Que algo malo pasaba en los Boys Scouts of America era un secreto a voces desde hace décadas. Desde los primeros años de su fundación, en 1910, se comenzfó a informar sobre problemas de abusos. Documentos internos de la organización documentaban cómo muchos “degenerados” se convertían en líderes exploradores y cometían abusos con decenas de niños.

Guardaron silencio y decidieron ocultar el tumor maligno que se enquistaba en el seno de la organización, cuya misión era promover el “patriotismo, la valentía, la independencia y otras virtudes”, según quedó consagrado en un acta constitutiva del congreso el siglo pasado.

Más de 130 millones de estadounidenses se vincularon a la organización, entre ellos personalidades como el expresidente John F. Kennedy, el astronauta Neil Armstrong, Ernst Green, ícono de los derechos civiles o el director de cine, Steven Spielberg.

Y aunque durante años gozó de alto prestigio, se rumoraba sobre los abusos sexuales casi desde 1916. Según The New York Times en sus archivos de 1935 un miembro de los Boy Scouts confesó tener archivos de cientos de personas que habían sido líderes y a los que se había etiquetado como “degenerados”.

Según la organización, más de 130 millones de ellos han pasado por sus programas a lo largo de su historia, entre los que destacan personalidades como el expresidente John F. Kennedy, el astronauta Neil Armstrong, el icono de derechos civiles Ernest Green o el director de cine Steven Spielberg.

Este fin de semana, luego de años de denuncias, se reveló la horrorosa dimensión del abuso: cerca de 95.000 estadounidenses confesaron haber sido víctimas de abusos sexuales en la organización. ¿Por qué hasta ahora?

Paul Mones, uno de los abogados involucrado en casos contra los Boy Scouts durante casi dos décadas, señaló este domingo a The New York Times que la prevalencia de los abusos que se detallan en los casos presentados es imponente, pero que aun así podría reflejar sólo una fracción del número de víctimas reales.

“Sabía que había muchos casos”, dijo Mones en declaraciones al New York Times. “Nunca me planteé que se acercara a esta cifra”, agregó.

La avalancha de demandas supone una tarea monumental para el caso de bancarrota, con el que los Boy Scouts pretenden reorganizarse y estructurar un fondo de compensación para sus víctimas, para lo cual un juez impuso el 16 de noviembre como fecha tope para presentar una queja de abuso.

En su declaración de bancarrota, los Boy Scouts alegan que tienen bienes por valor de 1.000 millones de dólares, pero también cuentan con una red de consejos locales que a su vez poseen cientos de campamentos y otras propiedades por todo el país a orillas de lagos o en valles, donde los jóvenes reciben formación en habilidades de exploración o valores éticos.

En un comunicado de los Boy Scouts, la organización señaló que está “desolada por el número de vidas afectadas por el abuso pasado”, y afirmó que por ello han iniciado un proceso accesible para que puedan reclamar una compensación.

“La respuesta que hemos visto de las víctimas ha sido devastadora”, insistió la organización, que pidió perdón.

Los letrados adelantaron este domingo que los denunciantes eran unos 82.000, pero la cifra aumentó hasta los 92.700 al cierre del periodo para presentar este lunes la demanda ante un tribunal de bancarrota en el estado de Delaware (EE.UU.), donde los Boy Scouts se declararon en quiebra este año en un intento de sobrevivir por la oleada de querellas.

En la actualidad, cuenta con unos 2,2 millones de miembros, aunque el número ha estado en constante declive desde que alcanzara su cifra máxima en los años 70 de unos 5 millones, por lo que en 2017 empezaron a aceptar chicas.

Declaración de bancarrota

Los Boy Scouts of America se declaró en bancarrota en febrero de este año. Lo hicieron acosados por las denuncias sexuales. La petición del Capítulo 11 de los Scouts, presentada en el Tribunal de Quiebras de Delaware, se produjo luego de que varios estados, incluyendo California, Nueva York y Nueva Jersey, ampliaran las opciones legales para que las víctimas infantiles pudieran demandar.

La ley de California, AB 218, entró en vigor en enero y, entre otras cosas habilitó una plataforma para que las víctimas denunciaran. Cambió el tiempo de denuncia y flexibilizó la edad de presentación de las querellas.

Boy Scouts of America “se preocupa profundamente por todas las víctimas de abuso y se disculpa sinceramente con cualquiera que haya sufrido daños durante su tiempo en el programa Scouting”. “Estamos indignados de que haya habido momentos en los que individuos se aprovecharon de nuestros programas para dañar a niños inocentes”, manifestó Roger Mosby, presidente y director ejecutivo de los Scouts, en una declaración.

Pero exmiembros de la organización piden que se cierre el grupo.