Cantar “Strange Fruit” fue la condición de Rebecca Ferguson para actuar en la ceremonia de investidura de Donald Trump, a la que asistirán seis líderes religiosos incluidos un cardenal católico, un rabino, un clérigo hispano y una mujer.

La artista escribió en su cuenta de Twitter que solo aceptaría la invitación del presidente electo “si me permites cantar «Strange Fruit» una canción que tiene una enorme importancia histórica, una canción que estuvo en la lista negra de Estados Unidos por ser demasiado polémica. Una canción que habla a todas las personas negras despreciadas y pisoteadas en Estados Unidos”.

Este tema fue originalmente interpretado por Billie Holiday pero la letra es un poema de Abel Meeropol inspirado en la histórica fotografía que muestra el linchamiento de dos afroamericanos, Thomas Shipp y Abram Smith, en 1930 en el centro de Marion, Indiana.

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Andrea Bocelli, Elton John, Céline Dion, el cantante country Garth Brooks son algunos de los artistas que han rechazado la invitación de participar en el evento de posesión del próximo 20 de enero. Hasta Kaney West, quien ha apoyado públicamente al presidente electo, dijo que no.

En contraste, Beyoncé cantó el himno de Estados Unidos hace cuatro años en la ceremonia de reelección de Barack Obama, Kelly Clarkson y James Taylor actuaron después del juramento. Alicia Keys, Marc Anthony y Brad Paisley estuvieron durante la celebración oficial en Washington.

Rebecca Ferguson finaliza su respuesta a Trump recordando que “Stranger fruit” “es una canción que recuerda cómo el amor es la única cosa que conquistará todo el odio en este mundo, entonces aceptaré de buena gana su invitación y lo veré en Washington”.