Mantos papales bordados que inspiran una obra maestra de John Galliano para Dior, la armadura de Juana de Arco reimaginada como un corsé por Jean Paul Gaultier o el hábito de un monje convertido en un vestido de noche por Valentino: la muestra exploró cómo las legendarias casas de moda se han inspirado en el imaginario, las prendas y creencias de la Iglesia católica durante los siglo XX y XXI.

La original exposición, exhibida al público entre el 10 de mayo y el 8 de octubre tanto en la sede central de la Quinta Avenida como en los Cloisters, su anexo dedicado al arte medieval al norte de Manhattan, arrebató el récord de visitantes a «Los tesoros de Tutankamón», de 1978, que fue vista por 1,36 millones de personas.

Pero si alguien esperaba que la Iglesia católica pusiera el grito en el cielo -incluso en la ultraliberal Nueva York donde los católicos son el grupo religioso dominante-, se equivocó, pues el Vaticano dio su sello de aprobación, incluso prestando 40 objetos eclesiásticos de la sacristía de la Capilla Sixtina.

El propio cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, asistió a la gala del Met para inaugurar la exposición, mezclándose con celebridades que mostraban la piel en escandalosos vestidos inspirados en el imaginario católico.

Cada mes de mayo, la célebre cena de gala del Met que recauda fondos para el Costume Institute del museo se inspira en una exposición paralela, y este año fue «Cuerpos celestiales» la que estuvo en el origen de los extravagantes atuendos de Rihanna, Katy Perry, Madonna o Sarah Jessica Parker.

«Cuerpos celestiales» fue también la mayor exposición organizada por The Costume Institute y por el Met, extendiéndose por 5.570 m2 en 25 galerías.