A Vladimir Putin se le conocen pocas mujeres en su vida. De hecho, apenas ha hablado de su mamá y ha cuidado con tal celo su vida familiar, que lo que hacen sus dos hijas y su exmujer es un misterio. 

Sin embargo, hay una por la que no oculta su especial cariño. Se llama Vera Gurevich y fue una de las invitadas de lujo que este jueves asistieron a la recepción por el Día de la Victoria, que recuerda el 74 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, en el Kremlin en Moscú.

De acuerdo con Putin, fue la profesora Gurevich quien lo ayudó a sacar todo su potencial. Y ella lo confirma. «En el quinto grado, él todavía no se había encontrado, pero yo podía sentir el potencial, la energía y el carácter en él. Vi que él tenía un gran interés en el lenguaje. Lo entendía fácilmente. Tenía muy buena memoria y una mente ágil».

En una entrevista, Gurevich dijo, que cuando se dio cuenta del potencia de Vladimir Putin en la escuela pensó, «algo bueno va a salir de este chico, así que decidí darle más atención para distraerlo de estar en la calle».

El presidente de Rusia lo ha reconocido. Según relató hace unos años, en ese momento en que la profesora Gurevich le dio más atenció, Putin tomó el control de su destino y se trazó más metas.

«Se hizo evidente que ser un callejero inteligente no era suficiente, por lo que comencé a hacer deportes. Pero incluso eso no fue suficiente para mantener mi estatus, así que decidí que estudiar también era importante», dijo Putin.

En un libro en el que contó los años escolares de Putin, la señora Vera Gurevich lo recordó como un niño travieso. Y contó que «Huía de clases, abría todas las puertas y gritaba: «Cucú, soy yo», dijo la señora en una entrevista con la agencia estatal de noticias rusa. 

Día de la victoria 

Como había adelantado el Kremlin, ningún mandatario occidental acompañó a Putin durante el Día de la Victoria, evento boicoteado por EE. UU. y la Unión Europea desde la anexión rusa de Crimea en 2014.

Sólo el presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev, hizo acto de presencia, aunque el Kremlin espera que mandatarios internacionales sí acudan al desfile el próximo año, cuando se conmemorará el 75 aniversario de la capitulación nazi.

Precisamente, Putin felicitó hoy efusivamente a la población de Crimea por el aniversario de la liberación de la península del yugo nazi, en 1944.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al que Putin apoya en su antagonismo con la oposición y EEUU, utilizó twitter para felicitar al líder y al pueblo ruso por el Día de la Victoria, «una gesta heroica que inspira a quienes luchamos contra el neofascismo y el neocolonialismo imperial», según dijo.

«La tragedia de la guerra tocó prácticamente a todas las familias. Y, por ello, siempre la recordaremos», comentó el mandatario.

 A su vez, consideró «inadmisible» que algunos países tergiversen lo ocurrido en la guerra y conviertan en «ídolos» a los que «sirvieron el nazismo».

Similares paradas militares se celebran en otros lugares como la antigua Stalingrado (actual Volgogrado), el puerto crimeo de Sebastopol, las bases militares rusas en Siria y las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en el este de Ucrania.

Entre el público lo aplaudía la profesora de primaria, la que escribió en su libro que «Putin siempre fue un humanista y se propuso un objetivo: conseguir sus sueños por su propia cuenta. Lo logró».