La izquierda y la derecha radicales, que perdieron las elecciones en Francia frente a la propuesta centrista de Emmanuel Macron, parecen, no obstante, estar sacando provecho del evidente descontento ciudadano con el reelecto presidente. Este se ha manifestado en la alta abstención y la ruptura del techo electoral de la ultraderecha, lograda este domingo por Marine Le Pen, quien obtuvo más del 40 % de los votos en la segunda vuelta presidencial.

“La ‘tercera vuelta’ comienza esta noche. Pueden derrotar a Macron y elegir otro camino si dan una mayoría de diputados a la Unión Popular, que debe agrandarse”, dijo el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon, quien el martes pasado invitó a votar por su partido de forma mayoritaria en las elecciones legislativas que se llevarán a cabo en junio próximo, lo que obligaría al presidente Macron a elegirlo como primer ministro.

Mélenchon, además, tachó a Emmanuel Macron como el presidente de la V República “peor elegido” por los altos niveles de abstención, que superan el 28 %. Asimismo, felicitó a los franceses por no haber elegido a Marine Le Pen.

“Macron es el presidente peor elegido de la V República. Nada en un océano de abstención, voto blanco y nulo”, reaccionó Mélenchon minutos después de conocer las primeras estimaciones de voto.

Mélenchon quedó en tercer lugar en la primera vuelta, detrás de Marine Le Pen, quien logró apenas 400.000 votos más que el ultraizquierdista.

La ultraderechista Le Pen aseguró este domingo, por su parte, que el resultado en la elección presidencial en Francia representa en sí mismo “una brillante victoria”, pese a haber perdido contra Macron. Con cerca del 42 % de los votos, logró la votación más alta de la extrema derecha en una elección presidencial.

“Continuaré mi compromiso por Francia y los franceses (…) Libraré esta batalla”, agregó la política.

Macron, por su lado, reconoció el descontento de la oposición y los abstencionistas en sus primeras palabras luego del triunfo. “A partir de ahora, ya no soy el candidato de un campo, sino el presidente de todos”, agregó durante el discurso de su victoria a los pies de la torre Eiffel en París, donde prometió además un “método renovado” para dirigir el país tras un primer mandato marcado por las protestas.

El presidente, un exbanquero que llegó al Palacio del Elíseo en 2017 siendo el mandatario más joven del país, logró el 58 % de los votos en la ronda electoral de este domingo. Es el primero en se reelegido en la presidencia desde Jacques Chirac en 2002.

Unir al país, reafirmar el liderazgo de Francia en la Unión Europea y como mediador en la guerra en Ucrania, combatir la inflación y proteger el poder adquisitivo de los franceses están entre los principales retos que Macron llega a asumir en este nuevo periodo.