Lo más grave de la infodemia —epidemia de desinformación que se extiende más rápido que el coronavirus— es que para esta la cura resulta contraproducente. Así lo advirtió la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando dijo que la cantidad de información falsa, y su rápida propagación entre las personas y medios, estaba complicando el hallazgo de soluciones reales para la crisis sanitaria.

El doctor Edros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, señaló que “la gente debe tener acceso a información precisa para protegerse a sí misma y a los demás. No solo estamos luchando contra el virus, también contra los troles y los teóricos de la conspiración, que impulsan la desinformación y socavan la respuesta al brote”.

Expertos consultados por Los Angeles Times explicaron que eliminar esas falsedades sobre el coronavirus exigirá mucho más que bloquear una cuenta de Twitter. “Por la manera como estamos conectados para procesar información sobre amenazas nuevas, podría ser casi imposible”.

Psicólogos consultados por la AFP alertan sobre la avalancha de noticias mentirosas. El falso anuncio del cierre de todas las escuelas italianas hasta el 5 de marzo tuvo que ser desmentido oficialmente el martes. Las teorías conspiratorias se disparan: el virus permanecería activo durante seis días en los paquetes procedentes de China, la epidemia estaría destinada a acabar con la economía de la rica Lombardía, entre otros.

Paradójicamente, la gente en cuarentena parece menos preocupada que los que están fuera. “Se han enfrentado a la realidad, mientras que los del exterior solo tienen la percepción de las cosas”, subraya Gabriele Zanardi.

¿Por qué nos creemos historias tan rebuscadas? Los psicólogos David Rand, del MIT Sloan School of Management, y Gordon Pennycook, de la Universidad de Regina Hill-Levene School of Business, descubrieron que todo se debe a un problema de atención. “No encontramos ninguna evidencia de gente que quiera convencerse de creer cosas locas, lo que sugiere que caer en el engaño de las noticias falsas se da más por la falta de atención”, añadió. El problema es que cada noticia falsa, en promedio, según Digital Forensic Research Lab, se ha compartido hasta 9.000 veces, cada una. He aquí tres cosas locas que se han dicho sobre el coronavirus:

1. El coronavirus fue creado por Bill Gates

Millones de cuentas de Twitter y Facebook compartieron esta cadena: “Este virus es un complot promovido por el empresario y filántropo Bill Gates, cofundador de Microsoft, y planificado a través de un laboratorio británico”. Esta teoría ha sido alentada por integrantes de la comunidad antivacunas y el movimiento QAnon, fundado por simpatizantes de Donald Trump que creen que el presidente de Estados Unidos, con la ayuda discreta de las Fuerzas Armadas, se enfrenta a “élites globalistas” que pretenden socavar las bases del país.

El multimillonario George Soros, destacados dirigentes demócratas y Bill Gates serían algunos de los miembros más significativos del movimiento, que apoyaría el maquiavélico plan para ganar mucho dinero.

El virus, según el rumor, salió de una institución científica británica, Pirbright Institute, que habría pedido una patente para desarrollar el coronavirus. Pero resulta que dicha patente no tiene nada que ver con el brote de Wuhan: el objetivo del Pirbright Institute es usar esa “forma atenuada de coronavirus” como una vacuna para tratar o prevenir enfermedades respiratorias en animales de granja, especialmente pollos, según aclaró la institución.

2. Es una enfermedad para vender vacunas

Miles de personas en redes sociales están convencidas de que el coronavirus fue fabricado por grupos farmacéuticos interesados en vender vacunas. Sin embargo, fabricar la vacuna no sería cosa de pocos laboratorios, sino que muchos en decenas de países. China hizo pública con rapidez la secuencia del genoma del 2019-nCoV para que cualquier laboratorio del mundo pudiera desarrollar métodos diagnósticos y vacunas. El Centro Peter Doherty, en Australia, y el hospital estadounidense Mount Sinai, en colaboración con el Centro Nacional de Biotecnología (CNB) de España, han logrado avances.

Cualquiera puede consultar todos los datos actualizados sobre las características del virus y su evolución a través de los sitios web de la OMS o el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades.

3. Es un virus fabricado por China para matar minorías

Las teorías impulsadas por sospechas de raza y la xenofobia también se hacen virales. Se hizo popular el rumor de que el coronavirus es un arma biológica desarrollada por China para matar a los musulmanes uigures. Lo habrían fabricado en el marco de un programa de armas biológicas desarrollado en un laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan, de donde se les habría escapado y de alguna manera llegó a una sopa de murciélago. No obstante, las autoridades de Wuhan señalaron, desde el principio, que el brote se originó en un mercado de animales de dicha ciudad, pero los científicos no han conseguido identificar con seguridad la especie; aunque sí han determinado que pasó a los humanos a través de un animal.

Rusia, ¿detrás de las noticias falsas?

Estados Unidos acusó a Rusia de orquestar una campaña de desinformación sobre el coronavirus. Una de las primeras teorías (que se volvió viral) sobre el origen de la enfermedad señalaba que Estados Unidos estaba detrás del Covid-19 para frenar la expansión de China y, claro, para atacar a sus enemigos: Irán, donde van 19 muertos y 139 infectados, tras diagnosticar 44 nuevos casos, y claro, China, en donde, según la OMS, ya empieza a descender el número de contagios.

El Departamento de Estado dijo que detrás de esta campaña estaba Moscú “para dañar la imagen de EE. UU. en el mundo relacionándola con problemas sanitarios”.

Funcionarios del departamento de Estado dedicados a combatir la desinformación de Rusia dijeron a la AFP que desde cuentas de Twitter, Facebook e Instagram, abiertas por personas con identidades falsas, se divulgan teorías conspirativas en diversos idiomas. La campaña comenzó hace un mes, cuando el número de muertos por el nuevo coronavirus en China era de tres y la epidemia era de solo 200 casos en Wuhan.

La campaña rusa recuerda los intentos del KGB de hacer creer, durante la Guerra Fría, que el VIH había sido un invento de científicos estadounidenses. “La intención de Rusia es sembrar la discordia y socavar las instituciones y alianzas de Estados Unidos desde adentro, incluso a través de campañas encubiertas y coercitivas de influencia maligna”, afirmó el subsecretario de Estado de Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Philip Reeker. Rusia rechazó las acusaciones.