La alianza de yihadistas y de insurgentes islamistas dio un giro a la situación en Alepo este sábado donde rompieron el sitio de sus barrios y rodearon la parte controlada por el régimen en la segunda ciudad de Siria, según opositores e insurgentes.

Además, al noreste de Alepo, la coalición de fuerzas kurdo-árabe apoyada por los países occidentales protagonizó una gran victoria contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) al conquistar su feudo de Manbij.

Alepo, segunda ciudad del país, se encuentra dividida desde 2012 en dos áreas: una bajo control de los rebeldes, al este, y otra en poder del régimen, al oeste. Los primeros estaban sitiados desde el 17 de julio por el régimen y los segundos, casi rodeados por los insurgentes este sábado.

«Los rebeldes rompieron el sitio», afirmó en un tuit la coalición de la oposición, establecida en el extranjero. Uno de los principales grupos islamistas implicado en los combates, Ahrar al Sham, afirmó por su parte en Twitter que el avance de los rebeldes «les había abierto la vía hacia Alepo».

Según Ahrar al Sham, los rebeldes tomaron el control del barrio gubernamental de Ramusa, en la periferia de Alepo, desde donde enlazaron con los barrios rebeldes.

Con la toma de Ramusa, los rebeldes cortan también la carretera de abastecimiento de los barrios controlados por el régimen en la ciudad, ahora asediados.

Según un periodista de la AFP en la parte rebelde, los habitantes se mostraban jubilosos y degollaron corderos para celebrar el avance de los insurgentes.

En cambio, los medios prorrégimen y Al Manar, la televisión del Hezbolá libanés que apoya a Al Asad, desmintió que se hubiera roto el sitio, subrayando que los combates continuaban.

500 muertos en una semana

En Alepo, los aviones del régimen y de su aliado ruso bombardeaban intensamente los sectores de los insurgentes de la ciudad, en han muerto 500 personas de ambos bandos en una semana, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Los rebeldes cuentan con la ayuda del Frente Fateh Al Sham (antiguo Frente Al Nusra, que renunció a su vínculo con Al Qaida) y el régimen, con la de combatientes iraníes y del Hezbolá libanés y de Rusia.

Antes, el OSDH había indicado que «el Ejército de la Conquista se hizo este sábado con el control de la academia de armamento, donde hay mucha munición, y de la mayor parte de la academia de artillería» en el sur de Alepo, cerca de Ramusa. «Las fuerzas del régimen se encuentran en una posición muy complicada».

Los yihadistas hicieron estallar coches bomba y utilizaron atacantes suicidas para abrir huecos en el muro que rodea las escuelas militares y así poder penetrar en el área, informó la página web prorrégimen Almasdarnews.

En respuesta, la fuerza aérea siria apoyada por Rusia bombardeó las posiciones rebeldes y las carreteras que conducen a Alepo para evitar la llegada de refuerzos rebeldes, informó la televisión estatal y el OSDH.

El grupo EI pierde Manbij

«Las mezquitas gritaron ‘Alá Akbar’ [Dios es grande] tras el anuncio de las victorias», afirmó a la AFP Mustafa Brino, de 26 años. «La semana pasada, me preguntaba cómo iba a sobrevivir […] pero ahora tengo la moral mucho mejor», dijo otro habitante, Ahmad Adna, de 46 años.

En cambio, en el barrio controlado por el régimen, un profesor de 34 años que pidió el anonimato no escondió su miedo. «Por supuesto que confío en el ejército pero no puedo dejar de temer miedo. El precio de los alimentos ya ha subido y los próximos días podrían ser muy difíciles. Empezamos a preguntarnos cómo marcharnos».

Al noreste de Alepo, en la provincia del mismo nombre, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) conquistaron el sábado Manbij (norte), feudo del grupo yihadista Estado Islámico, tras más de dos meses de ofensiva.

Las FDS «controlan este sábado Manbij y peinan el centro de la ciudad en busca de los últimos yihadistas que quedan en ella», afirmó el OSDH.

El 31 de mayo, las FDS lanzaron una operación para intentar controlar Manbij, una ciudad utilizada por el EI para hacer llegar las provisiones desde la frontera turca hasta Raqa, su capital de hecho, más al este.

La guerra en Siria comenzó en 2011, tras la represión por parte de Damasco de una revuelta popular que reclamaba reformas. Desde entonces, más de 280.000 personas han perdido la vida y millones de sirios se han visto obligados a abandonar sus hogares.