Las medidas que el presdidente Trump tomó contra los migrantes en la frontera con México han desatado reacciones en todo el mundo. El gobierno de Peña Nieto, uno de los más afectados, calificó hoy como cruel e inhumana la ley estadounidense de ‘tolerancia cero’ que está separando a miles de niños de sus padres inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera común hacia Estados Unidos, abriendo una nueva grieta en la relación con Washington bajo la administración de Donald Trump.

«Quiero, a nombre del gobierno y del pueblo de México, expresar nuestra más categórica y enérgica condena a una política cruel e inhumana», dijo el canciller mexicano Luis Videgaray, en una conferencia de prensa en Ciudad de México.

Preocupado por cumplir su promesa de expulsar a los inmigrantes indocumentados, el gobierno de Trump anunció recientemente una política migratoria según la cual toda persona que ingrese clandestinamente será detenida y enfrentará cargos criminales. Y cuando se trata de familias, los niños serán separados de los padres.

En este contexto, 2.342 niños fueron separados de sus familias entre el 5 de mayo y el 9 de junio.

«No podemos permanecer ni permaneceremos indiferentes» ante esta situación, recalcó Videgaray, al hacer «un llamado al gobierno de Estados Unidos, en el más alto nivel, para que reconsideren esta política y se dé prioridad al bienestar y derechos de niños y niñas con independencia de su nacionalidad y situación migratoria».

El canciller precisó que menos de 25 casos son de nacionalidad mexicana y están siendo atendidos a través de su red consular, mientras que la inmensa mayoría proceden de Honduras, Guatemala y El Salvador, según los datos del gobierno estadounidense.

En tal sentido, anunció que este viernes sostendrá una reunión de trabajo especial en la capital mexicana con representantes de esos tres países centroamericanos para abordar esta crisis.

«Aunque no se trate de niños mexicanos, tenemos una responsabilidad moral y también constitucional», agregó Videgaray.

Como medidas diplomáticas, el canciller dijo que habló con la secretaria de Seguridad Interior y el secretario de Estado estadounidenses para expresar la posición mexicana, y que su embajada en Washington entregó una nota al gobierno estadounidense para expresar su rechazo y condena a esta política.

Llamado a comunidad internacional 

El canciller hizo también un llamado a la comunidad internacional «para expresarse de manera clara sobre esta situación que es inaceptable» y dijo que su país agotará todas las instancias que ofrece el sistema internacional.

En tanto, las defensorías de México, Colombia, Ecuador, Honduras y Guatemala pidieron este martes, de manera conjunta, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que interceda para que Estados Unidos deje de separar a los hijos menores de familias emigrantes.

Trump reafirmó el lunes las controvertidas medidas contra familias inmigrantes a pesar del creciente escándalo que esto ha provocado.

«Estados Unidos no será un campo de inmigrantes, y no será un complejo para mantener refugiados. No lo será», dijo.

Según el mandatario, entre los inmigrantes que buscan entrar al país hay personas «que pueden ser asesinos y ladrones, y muchas cosas más«. «Queremos un país seguro, y eso empieza en la frontera. Y así será», afirmó.

En contra de su propia bancada

Hoy mismo, el presidente Trump tuvo que poner en marcha un plan para calmar a su propia bancada en el congreso, la cual está incómoda por el escándalo que ha generado le medida en contra de los inmigrantes en la frontera con México.

Más allá de la furia indisimulada de los legisladores de la oposición demócrata, los propios republicanos no esconden la incomodidad con la creciente controversia y las justificaciones esgrimidas hasta ahora por el gobierno.

En ese cuadro, Trump anunció para este martes una visita al Congreso para reunirse con integrantes de la bancada republicana, con quien debe discutir las opciones que se analizan para hallar una salida a la situación.

Trump y altos funcionarios ya dejaron claro que el gobierno no pretende retroceder en su política de separar familias arrestadas al ingresar clandestinamente al país, a pesar del ya ensordecedor coro de críticas indignadas por semejante iniciativa.

«Yo no quiero niños siendo retirados de sus padres. Pero cuando buscamos procesar a los padres por venir aquí ilegalmente, algo que se debe hacer, hay que separar a los niños», dijo el mandatario en un discurso ante pequeños empresarios.

En tanto, varios legisladores demócratas visitaron centros de acogida de niños separados de sus familias en la frontera y expresaron su furia al encontrarse con que los menores son mantenidos en instalaciones divididas en «jaulas».

Rechazo mayoritario 

Diversos sondeos ya muestran el rechazo mayoritario de los ciudadanos estadounidenses a esta situación, en un cuadro que podría claramente tener efectos en las elecciones legislativas de medio término.

El gobierno, en tanto, se aferra con firmeza a la teoría de que la separación familiar es resultado de la ley vigente, y que los legisladores demócratas son los responsables por esta situación, al negarse a votar una ley de reforma del sistema migratorio.

Como forma de preparar el terreno para su visita al Congreso, Trump apeló a la red Twitter: «¡Los Demócratas son el problema!», reiteró.

Según el presidente, a los demócratas «no les importa la criminalidad y quieren inmigrantes ilegales, no importa cuán malos puedan ser, para inundar e infectar nuestro país, como el MS-13», en referencia a la Mara Salvatrucha.

Los republicanos controlan las dos Cámaras del Congreso, pero Trump responsabiliza a los demócratas porque en el Senado precisa de 10 de sus votos para que una ley resulte aprobada. En la actualidad, en el Congreso circulan dos proyectos de ley relativos a la cuestión migratoria.

El primer proyecto es claramente de ‘línea dura’, apoyado por los sectores más ultraconservadores, y el segundo es considerado de «compromiso» con los demócratas.

Este último proyecto pone fin a la separación de familias, protege de la deportación a aquellos inmigrantes llegados al país en su infancia, aumenta el presupuesto de defensa fronteriza y reduce las cuotas de inmigración legal.

Este martes, sin embargo, los gobiernos de Colorado, Nueva York, Maryland y Massachusetts se negaron a enviar tropas de la Guardia Nacional a la frontera sur. «No seremos cómplices de esta tragedia humana», dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.