La exmandataria argentina Cristina Kirchner acusó este miércoles al presidente Mauricio Macri de buscar encarcelarla «plantando» causas en su contra y llamó a conformar un frente nacional opositor político, en un acto masivo tras su primera audiencia en la justicia.

Kirchner sostuvo que la acusación por la que comparece sobre una controvertida operación cambiaria del Banco Central durante su mandato revela «la intención del gobierno con la colaboración imprescindible del poder judicial, de plantar una causa penal que me prive de la libertad», escribió en un documento que entregó al juez Claudio Bonadio.

«Me pueden citar 20 veces más, me pueden meter presa, pero lo que no pueden hacer es hacerme callar», indicó.

Tras pasar por el tribunal, donde no respondió a las preguntas del juez, Kirchner encabezó el primer gran mitin opositor al gobierno de centroderecha de Macri ante decenas de miles de seguidores.

Kirchner acudió para declarar en una causa en la que se la acusa por supuesta defraudación a la administración pública por operaciones cambiarias del Banco Central al fin de su mandato (2003-2015).

Tras repasar entre vítores y aplausos las principales medidas de ajuste de Macri en los últimos cuatro meses, Kirchner pidió la conformación de «un gran frente ciudadano, convoquen a los dirigentes sindicales también porque están echando a gente como perros», dijo a las puertas de los tribunales.

La exmandataria habló casi una hora desde un escenario montado a las puertas de tribunales donde miles de seguidores la respaldaron con euforia: «Aguante morocha» (morena) le gritaban y alternaban cánticos pidiéndole «volver».

En su encendido discurso se refirió a empresas offshore de Macri reveladas en la investigación internacional sobre paraísos fiscales, conocida como ‘Panama Papers’.

«Se la pasaron buscando la ruta del dinero K y se encontraron con la ruta del dinero M», dijo al aludir a otra causa en la que un fiscal pide investigarla por supuesto lavado de dinero, por la causa contra un empresario cercano a ella y su difunto esposo el exmandatario Néstor Kirchner.

La exmandataria, recluida en la Patagonia (sur) desde que dejó el gobierno el 9 de diciembre, evitó referirse a su futuro político.

«No he venido acá a dividir a los argentinos», dijo.

También señaló que Macri llegó al gobierno «diciendo que no iba a devaluar, que no iba a haber ajustes, que no iba a echar. Que respete esa voluntad del 51% que creyeron en él», afirmó mencionando los miles de despidos en el sector público y privado y los aumentos de tarifas de servicios básicos de entre 100 al 600%.