No contento con iniciar una batalla comercial con China, el presidente estadounidense, Donald Trump, se aproxima a levantar una nueva guerra con su vecino del sur al imponerle una serie de medidas injustas. El mandatario anunció en la tarde del jueves que aplicará aranceles del 5% a todos los productos procedentes de México a partir del próximo 10 de junio, como respuesta a la crisis migratoria en la frontera. Trump además amenazó con elevarlos hasta el 25% si el flujo de migrantes no muestra detenerse.

«El 10 de junio, Estados Unidos impondrá un arancel del 5 % a todos los productos que vienen a nuestro País desde México, hasta el momento en que los migrantes ilegales que vienen de México, y a nuestro País, PAREN», afirmó el mandatario en su cuenta de Twitter.

El presidente indicó que «el arancel aumentará gradualmente hasta que se remedie el problema de la inmigración ilegal, momento en que los aranceles serán eliminados». En un comunicado difundido por la Casa Blanca, Trump marcó un calendario para la subida gradual de los gravámenes si no cesa el flujo de migrantes irregulares desde México.

«Si la crisis (en la frontera) persiste, los aranceles subirán al 10 % el 1 de julio de 2019. De manera similar, si México todavía no ha tomado acciones para reducir drásticamente o eliminar el número de extranjeros ilegales cruzando su territorio hacia Estados Unidos, los aranceles aumentarán al 15 % el 1 de agosto de 2019, al 20 % el 1 de septiembre y al 25 % el 1 de octubre de 2019», dijo.

No obstante, Trump señaló que si la crisis de migración ilegal «es aliviada» a través de medidas efectivas por parte de México los aranceles serán eliminados. Además, matizó que los trabajadores que lleguen de forma legal a EE. UU. podrán entrar en el país sin problema.

«Si México fracasa a la hora de actuar, los aranceles permanecerán en el máximo nivel y las compañías (estadounidenses) localizadas en México pueden empezar a regresar a Estados Unidos para fabricar sus productos y bienes», auguró el mandatario.

En ese sentido, subrayó que las empresas que se «reubiquen» en EE. UU. ni pagarán los aranceles ni se verán afectadas de ninguna manera.

En el comunicado, el mandatario afirmó que está actuando de acuerdo a las prerrogativas que tiene desde que firmó en febrero pasado una emergencia nacional ante la situación en la frontera sur del país.

Trump declaró la emergencia nacional para desviar fondos del Pentágono y del Tesoro para financiar un muro en la frontera con México, pero el viernes pasado un juez bloqueó temporalmente el desvío de ese dinero del Departamento de Defensa para erigir la valla fronteriza.

El anuncio de Trump compromete de lleno la ratificación del nuevo tratado comercial negociado con México y Canadá, bautizado como T-MEC, en los Parlamentos de los tres países, y que se encontraba pendiente para las próximas semanas.

El gobierno de México ha dicho que no se quedará «con los brazos cruzados» ante la imposición de Trump. El vicecanciller mexicano Jesús Seade dijo que «esa amenaza llevada a la acción sería gravísima», y dijo que de ser así «México estará en un aprieto».

«Lo correcto sería responder ojo por ojo, cinco por ciento a las importaciones», expuso, pero añadió que hacerlo así sería «irse a la jungla».

Seade recordó que Trump «es muy activo en Twitter y lanza muchos mensajes; algunos pasan a la acción y nosotros queremos saber de qué está hablando en ese mensaje». Consideró el mensaje como «algo un poco extremo, fuera de toda nuestra experiencia», por lo que dijo habrá que ver cuál es la estrategia que el Gobierno mexicano habrá de seguir.

El vicecanciller dijo que una medida de ese tamaño no era previsible, y que «ahora tenemos que discutir con Estados Unidos y entre nosotros». Sobre la posibilidad de aplicar aranceles recíprocos, el funcionario dijo que esa sería «una reacción intuitiva».

«Tomar una represalia similar es lo normal, una media espejo, pero algo tan masivo me espanta porque hablamos de una guerra comercial y lo que queremos es diálogo intenso y esperemos que no se aplique una medida así».

Expuso que aplicar aranceles de ese tamaño (5 %) genera impactos importantes en toda la economía, y que «es impensable entrar en la misma lucha» y que es necesario «buscar otra vía, otro camino, porque esto se debe evitar».

En el pasado, el presidente estadounidense ya ha atacado a los países centroamericanos con este tipo de medidas aumentado los impuestos contra las naciones origen de los migrantes que llegan a su frontera o eliminando los recursos para programas sociales en estos países. Pero en lugar de colaborar a la disminución del flujo migratorio, lo único que consigue el mandatario es elevar las cifras, pues expertos dicen que, al crear un ambiente económico más hostil en las naciones centroamericanas, las personas que viven en estos países buscan huir de sus hogares con destino al norte. Pese a que la detener la migración es una de las grandes promesas de campaña de Trump, su administración no ha conseguido buenos resultados en lo que va de su gobierno.

Estados Unidos arrestó a 98.977 migrantes indocumentados en la frontera con México en abril, la mayor cifra de los últimos seis meses, de los cuales 8.897 eran menores no acompañados, informó a comienzos de mayo la Patrulla Fronteriza.