Gerardo Márquez, uno de los más de 500 miembros de la chavista Asamblea Constituyente de Venezuela (ANC), propuso durante la sesión de hoy del plenipotenciario órgano la disolución del Parlamento, de contundente mayoría opositora, y el llamado a elecciones para escoger de nuevo a los legisladores.

«Propongo a esta ANC que nosotros evaluemos la posibilidad, dentro del ciclo constituyente, que esa Asamblea (Parlamento) y esa directiva, que está en desacato, que apoya agresiones contra Venezuela, sea disuelta como lo establece la Constitución», dijo Márquez durante su derecho de palabra.

Propuso como límite «este año» para la disolución y renovación de los curules de la actual Cámara, amparado, aseguró, en el artículo 236 de la Carta Magna.

La propuesta fue recibida con aplausos, pero no se especificó si será considerada, pese a que el presidente de la ANC y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, señaló que las decisiones en torno a este tema se deben tomar «hoy y ahora» en aras de «restablecer el orden» en el Parlamento, al que acusó de ser «punta de lanza del imperialismo».

Además, calificó como «emotivo» el discurso que ofreció Márquez, en medio de un debate para rechazar una declaración del Grupo de Lima, compuesto por 14 países americanos, que mostraron «preocupación» por la interceptación de dos buques de la petrolera Exxon Mobil en aguas que Guyana y Venezuela reclaman como suyas.

El chavismo acusa a la oposición de apoyar esta declaración del Grupo de Lima, lo que supone una cesión de soberanía sobre el territorio Esequibo, una extensa zona rica en recursos, pese a que el antichavismo respaldó esta misma jornada la acción «pertinente» de la Fuerza Armada en la interceptación de los buques, que contaban con el permiso de Guyana.

«La Asamblea Nacional en desacato, si continúa por esa vía, nos veremos», añadió Cabello al tiempo que señaló que los diputados venezolanos son «sin duda traidores a la patria».

El Supremo declaró a la Cámara en desacato semanas después de que el antichavismo se hiciera con la mayoría de los escaños a principios de 2016 y desde entonces Maduro no rinde cuenta a los diputados en tanto que el resto de los poderes públicos, cercanos al Ejecutivo, no toman en cuenta las decisiones del Legislativo.