Hace 23 años y 26 días entró en vigor el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. Y hace 23 años y 26 días nació el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (Ezln). Fue en Chiapas. Mientras en la Ciudad de México, Washington y Ottawa celebraban el inicio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés), en un remoto lugar de la selva Lacandona un grupo guerrillero, heredero de las Fuerzas de Liberación Nacional, aguaba la fiesta. Durante estos años, el Ezln no ha pasado de ser un grupo armado regional, en ocasiones, con mayor apoyo internacional que nacional.

Sin embargo, por primera vez en su historia, el Ezln ha decidido presentar una candidata presidencial para las elecciones de 2018 y lo hace en momentos en los que el Nafta languidece por la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos. La candidata no ha sido elegida. Los zapatistas van a esperar hasta mayo para dar a conocer su nombre. Se espera que sea una mujer indígena que tenga «sangre indígena y que conozca su cultura». Y puede que gane, teniendo en cuenta la crisis por la que pasa el gobierno del PRI, encabezado por Enrique Peña Nieto y el desprestigio de otros partidos como el PAN y el PRD. 

Mientras tanto, el Nafta tiene los días contados. Ya cada uno de sus miembros anda viendo qué hacer con este TLC pero, sea como sea, su fin se acerca. Algunos han abogado por una renovación del tratado; otros por una renovación total. A fin de cuentas, el tratado no ha sido la panacea, ni para México, ni para Canadá, ni para Estados Unidos. Como tampoco lo ha sido para las poblaciones que el Ezln representa.

Esto señalaba el columnista John Ackerman, en el diario La Jornada, en 2014, al cumplirse 20 años tanto del Nafta como del Ezln: «Hoy los oligarcas son más ricos y las comunidades zapatistas avanzan con paso firme hacia la consolidación de su autonomía, pero el resto de la sociedad mexicana se hunde en un pozo de olvido, pobreza y desesperanza que pareciera no tener fondo». Pero, ahora, con la llegada de Trump todo ha cambiado y quién quita y se revierten los papeles en un México transformado, no del todo, de forma positiva.